Entrevistas

Las caras de dolor. Cuando la oscuridad humana es terreno para involucrarse

Conocer nuestra historia es un gran poder. Aunque a veces, hay sombras que están tan lastimadas, que no pueden verse, pero permanecen en la oscuridad eternamente. ¿Podrá nuestra energía transformadora llevarnos a liberar los lugares más sombríos del alma? Ese es el disparador de la obra «Las caras del dolor» y para conocer más de esta propuesta de suspenso charlamos con sus directores y autores: Guido Inaui Vega y Antonella Van Ysseldyk.

Texto: Redacción Todo Teatro. Fotos: Carolina Salinas

«Nuestro objetivo con Las caras del dolor siempre fue claro: llevar adelante un material que nos interpele, contando una historia que atraviesa lugares como la memoria, los miedos y la salud mental, desde un género poco abordado como el suspenso. Desde el proceso de dirección, buscamos explorar la oscuridad del ser humano, el extrañamiento, la tensión y la humanización de lo oculto», nos dicen sus creadores, Guido Inaui Vega y Antonella Van Ysseldyk, sobre la obra que se presenta los sábados a las 20.30 en El Método Kairós.

Protagonizada por Lucho Alva, Bárbara Willis, Kevin Lepiesievicz, Sofía Posse, Julia Simón, Mateo Rondinoni, Tiziana Fichera y Antonella Van Ysseldyk, la puesta nace en medio de un proyecto teatral donde Guido y Antonella compartían roles creativos. «Estábamos con ganas de aunar nuestras miradas, valores y formas de trabajar, y embarcarnos en una nueva propuesta que nos desafíe. Un día surgió una idea de un conflicto entre una madre e hijos adoptivos, pero no indagamos más. Después de algunas semanas aparecieron personajes, como un Drag Queen, una chica con máscara de caballo, el morbo de un neuropsiquiátrico y a partir de ahí, ahondamos en lo que hoy es Las caras del dolor«, aseguran.

-¿Qué cuestiones los llevó a indagar sobre la oscuridad de las relaciones humanas desde el género de suspenso? ¿En qué otras producciones se inspiraron?
-La oscuridad humana nos parece un terreno interesante para involucrarse, ya que es una parte nuestra, aunque no todo el mundo lo reconozca. Creemos que al ocultar nuestras sombras, como sucede en la historia, aparecen los miedos, las mentiras y todo aquello que nos empeñamos en enterrar, haciendo que en lugar de que desaparezca se haga más fuerte. Más allá que hay proyectos teatrales que se han encaminado y atraviesan géneros como el terror, el suspenso o el thriller psicológico, creemos que nuestra inspiración viene del séptimo arte. Producciones como «Hereditary», «Los Huéspedes», «Joker» y «Donnie Darko» han funcionado como inspiración inicial a la hora de escribir.

-¿Cómo fue el proceso creativo que le dio sustento a la pieza y cómo se dio el transcurso de los ensayos?
-Una vez que teníamos la idea de la historia, empezamos a profundizar en los personajes, en sus acciones, su lenguaje, su carácter y así cobrar la fuerza necesaria y el sentido. El espectáculo va en retrospectiva, empieza por el final y casualmente así empezamos a escribirla, iniciamos con el tercer acto, luego el segundo y así. De esa manera todas las piezas fueron encajando y potenciándose. El proceso de ensayos se dio de una manera orgánica, de búsqueda en un lenguaje no habitual en lo teatral, que es el género suspenso, cuya actuación tiene sus propias reglas. Fueron ensayos de búsqueda, de expansión, hubo la necesidad de expandir el registro, tanto actuantes como desde la dirección. Una vez que entramos en el registro, que precisa mucha presencia y conexión, avanzamos en la construcción de personajes. Y de ahí en adelante hasta llegar a la pieza final.

-¿Qué expectativas tienen con el proyecto y con el equipo actoral que dirigen?
-Como directores no sé si tenemos una «expectativa», con lo que eso significa. Sí tenemos objetivos que es que el espectáculo siga creciendo y que el proceso de funciones le de un carácter único. En cuanto a los espectadores nos gustaría dejarles una huella, que se lleven algo del espectáculo y que salgan distintos de cómo entraron. Estos objetivos están alineados al compromiso que tenemos todo el equipo con el proyecto. En cuanto al equipo actoral, nuestra expectativa es que puedan transitar cada función dando lo mejor de ellos para ellos mismos, y de esa manera poder atravesar al espectador desde un lugar genuino e íntegro.

Las caras del dolor se presenta los sábados a las 20.30 horas en El Método Kairós Teatro, El Salvador 4530. Entrada a la venta en Alternativa Teatral.

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