El actor es uno de los protagonistas de «Los Años», la obra escrita y dirigida por Mariano Pensotti. Su reflexión sobre el paso del tiempo y el desafío de interactuar con los dispositivos técnicos.
Por Diego Jemio. Fotos: Carlos Furman.
“Cuando pasás los 50, los años son una experiencia existencial”, dice Marcelo Subiotto. Habla del paso del tiempo en su vida, pero también reflexiona sobre Los Años, la obra escrita y dirigida por Mariano Pensotti.
¿Qué hacen los años con nuestras vidas? ¿En qué nos convertimos con el paso del tiempo? ¿Somos los que, alguna vez, soñamos ser? Todas esas preguntas flotan en el espectáculo, a partir de dos momentos diferentes de una vida: a los 30 años en 2020 y a los 60 en 2050. Subiotto interpreta a éste último y cuenta los desafíos de hacer una obra en la que tiene que interactuar con otros dispositivos, como el video y la música.
–La obra abre varias puertas. ¿Cuál fue tu experiencia vivencial con un material que quizás te toca especialmente cuando pasaste cierta edad?
-Justamente, la obra toca un tema sobre el que se abren muchas puertas, a partir de la biografía de un personaje. Y claro que uno tiene cierto recorrido en la vida. Cuando pasás los 50, los años son una experiencia existencial; en muchas ocasiones revive esas cosas que no están más. No están presentes pero sí dejaron huellas.

–Ese bucear en lo vivencial también forma parte de la tarea del actor…
-Claro, estamos acostumbrados a buscar cosas en nuestra propia vida y geografía. Ese recorrido de las cosas que quedaron en la memoria se despiertan en el cuerpo. O hay otras que no están pero forman parte de tu identidad en el presente.
-Vos actuaste en “Cineastas”, que también hizo Pensotti y que usaba el video, como “Los Años”. ¿Cuál es el mayor aporte del recurso al ser traído a escena?
-Está relacionado con la propia poética y mirada de Mariano. En sus anteriores obras ya aparecieron micrófonos, música, relatos y otros aspectos técnicos, que no son tan frecuentes en el teatro. La película que aparece en Los Años es casi un personaje más, que aparece en la memoria e interpela. Como lenguaje, la película aporta una mirada nueva a la obra de teatro. Como actor, es un desafío cómo ponerle carne a la cantidad de lenguajes técnicos que aparecen en escena. Y me refiero a hacerlo sin quedar consumido por esos aspectos técnicos. Es una problemática que me aparece a mí y también al director.

–¿No llega a abrumar estar tan pendiente de los recursos técnicos? Imagino las escenas de «Los Años» en las que tu texto tiene que estar coordinado con un video que no ves.
–Los Años no es el primer espectáculo de Mariano en el que participo. En Cineastas, se contaba la historia de cuatro directores. Acá hay situaciones más actorales y una narradora, que está afuera. Hay elementos que colaboran para trabajar más actoralmente.
–¿Cómo resuelven todo eso y, además, la cuestión de los subtítulos cuando hacen funciones afuera?
-Tenemos que estar sincronizados con los subtítulos, como si fuese una película para que el espectador pueda seguir lo que se dice. Eso genera un poco de delay en las respuestas del público. De cualquier forma, las experiencias afuera siempre son gratificantes e interesantes.

–La obra es muy local. Te diría profundamente porteña, con referencias a barrios como Lugano. ¿Por qué aún así funciona afuera y es tan universal?
-Las situaciones son justamente muy porteñas y el lenguaje también. Creo que la clave está en el título: los años; la experiencia de una persona y qué sucede con lo que hizo de su vida. La geografía es sólo una excusa para contar un tema universal.
Los Años se puede ver de miércoles a domingo, a las 20.30, en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín (Avenida Corrientes 1530). Las entradas se compran en boletería o a través de la web del teatro.