Entrevistas

Gabriel “Puma” Goity: «En estos tiempos que vivimos, el teatro es una redención»

El actor protagoniza «Cyrano», la obra que lo maravilló cuando fue al teatro por primera vez a los 16 años. El recuerdo de aquella función, el poder de los clásicos y la importancia de hacerlo en un teatro oficial.

Por Diego Jemio. Fotos: Carlos Furman (Complejo Teatral de Buenos Aires).

“Si no salta la chispa, no hay nada que hacer: no se leen los clásicos por deber o por respeto, sino solo por amor”, escribió Ítalo Calvino en su libro ¿Por qué leer los clásicos? Sólo basta con ver la sala Martín Coronado llena y el entusiasmo después de la función para notarlo: Cyrano de Bergerac es una obra con esa chispa, con ese amor que sigue despertando a 126 años de su estreno.

Gabriel Goity protagoniza Cyrano, el papel que alguna vez soñó encarar. La historia de amor entre el soldado poeta y Roxane (María Abadi). Incluso en algunas entrevistas dijo que él no quería ser actor sino interpretar a Cyrano.

El drama heroico del poeta y dramaturgo francés Edmond Rostand, con dirección de Willy Landin, realiza funciones a sala llena desde su estreno. Goity habla de la vigencia de este clásico, del “piberío” que va a verla y de la importancia de hacerlo en un teatro del estado.

Leí en varias entrevistas sobre tu amor por Cyrano y de qué forma definió tu vocación. ¿Qué aspectos nuevos le fuiste encontrando a un personaje tan rico a la hora de abordarlo?
-No sé si la palabra es “nuevos”. Me encontré con la diferencia entre el deseo por algo y ponerse a trabajar en eso -se ríe. Me encontré con un personaje enorme, una obra enorme y una responsabilidad muy grande. Tuve momentos de zozobra, en los que dije: “Yo no puedo hacer esto”. Es una obra escrita en verso alejandrino: pifiás una palabra y se desarma todo. No me refiero sólo a lo emocional y artístico sino al trabajo duro.

Hablando de lo emocional y de lo artístico, se dice que no hay nada más moderno que un clásico. ¿Qué sigue siendo moderno en esta obra?
-El amor es siempre actual. Eso lo convierte en un clásico. A mí me da una alegría enorme ver cómo repercute en el público hoy en día. Cuando fui a verla tenía 16 años; fue la primera obra que vi en mi vida y llegué con el prejuicio de que era en verso. Salí llorando. Hoy el aplauso es extraordinario. La gente espera afuera para saludar. La historia es impresionante, como el desarrollo y la puesta, que es grandiosa. Para estas obras, tenés que ensayar para el ensayo. Y, cuando la estrenás, ensayás para la función. Hacer Cyrano es un desafío glorioso y hermoso.

Decís que tenías 16 años cuando la viste por primera vez. Casualmente, en la función que vi había muchísimos pibes. ¿A qué lo atribuís?
-No lo sé, pero me encanta y lo deseaba. Cuando viene el público joven, transforma a una obra en éxito. Tengo en mi mail pedidos de profesores y maestras, que quieren venir con sus cursos a ver la obra. Es la función que quiero que cumpla el teatro; que no sea un mero entretenimiento sino que despierte a la gente con ganas de leer e investigar.

La obra tiene un gran despliegue de artistas en escena y puesta, que pocas veces se ven en el teatro y que fueron posible porque se hace en un teatro del estado. ¿Qué valor tiene eso para vos en un momento en el que se denosta a lo público?
-Es fundamental que sea estatal. Tuve varias ofertas para hacer Cyrano en el ámbito privado, pero es una obra grande y los productores privados siempre piensan en formatos más chicos. Tenía que hacerse en una teatro oficial y al alcance de todos. El San Martín ofrece eso: un gran producto y a mitad de precio. El teatro a su vez necesitaba que haya grandes obras para moverse. La gente del teataro está contenta y con un gran sentido de pertenencia. Ojalá que vuelvan los grandes clásicos. No me refiero sólo a Cyrano sino también a los nuestros. Por ejemplo, Discépolo.

¿Por qué creen que es especialmente necesario en estos tiempos?
-Porque es un gran teatro. Porque tenemos grandes autores. Porque en estos tiempos que vivimos el teatro es una redención. Es el momento.

Al final de la obra aparece una dedicatoria a Ernesto Bianco, el gran actor que viste en Cyrano a los 16 años y que, de alguna forma, te marcó el camino. ¿Qué te acordás de esa función?
-Que quedé extasiado al verlo. Al poco tiempo, murió. Hizo sólo un mes de funciones. Quise, de alguna forma, rendir este homenaje a los grandes actores que trabajan todos los géneros.

Cyrano tiene funciones de jueves a domingo en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín (Avenida Corrientes 1530). Entradas en venta en la boletería del teatro o a través de la web Entradas BA.

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