Entrevistas

«La tentación del viaje», un musical que une generaciones y sueños compartidos

La autora y directora, Violeta Cárcova y el productor, Nicolás Medina tienen 22 años y el autor de la música es el legendario Carlos Gianni, de 84, que se unieron para contar una historia inspirada en los afectos y los deseos, que se presenta los lunes en el Teatro Regina.

Texto: Muriel Mahdjoubian. Fotos: gentileza prensa.

El empuje y desparpajo de dos ventiañeros sumados a la experiencia y trayectoria de un maestro con décadas de trabajo, se unieron para dar forma a un proyecto que llega al Teatro Regina. Se trata de La tentación del viaje, una propuesta de teatro musical escrita y dirigida por Violeta Cárcova con música del maestro Carlos Gianni y con una gran banda en vivo bajo producción de Nicolás Medina.

La obra se presenta todos los lunes a las 21 en la sala de la avenida Santa Fe (donde comparte edificio con la Casa del Teatro) con un destacado elenco: Daniela Rubiatti, Tiki Lovera, Florencia Róvere, Tony Lestingi, Joaquín Catarineu y Nicolás Cúcaro. El musical toca temas como el amor, el desamor, el deseo, la ambición, la frustración y las posibilidades. Asuntos que cruzan a todas las generaciones, conflictos que interpelan a abuelos, padres, hijos y nietos.

El intercambio generacional juega un papel preponderante en la obra tanto desde el punto de vista de la historia como por parte del equipo. Su autora y directora tiene apenas 22 años y trabajó junto al gran Carlos Gianni, que ya pasó los 80 y, en su amplia trayectoria fue coequiper de Hugo Midón. A la par, lograron combinar composiciones musicales de mucha sensibilidad que trascienden las edades.

“En este mismo teatro, el Regina fue donde hicimos por primera vez con Hugo Midón en el año 1970 , La vuelta manzana y después no volví nunca más hasta hoy. Tengo muchos recuerdos y emociones a flor de piel. El día de aquel estreno, recuerdo que tuvimos que suspender porque habían matado a un militar que se llamaba Aramburu. Lo pasamos para la semana siguiente, cosa que nos llenó más aún de incertidumbre y de nervios”, recueda Gianni. Por entonces, faltaban 30 años para que nacieran Violeta y Nicolás, los artífices del nuevo proyecto que lo llevó de nuevo a esa sala.

¿Cómo surgió la idea de hacer la obra?
Violeta: Yo había estudiado de chica muchos años comedia musical en lo de Julio Bocca y también con Ricky Pashkus y siempre me gustó. Después me fui a estudiar cine en la FUC y me encontré con Nico que también le gusta mucho la comedia musical y juntos empezamos a ver mucho cine musical y decidimos hacer una película.

Nicolás: Lo de la película musical, Lo que nos queda, fue una producción grande y la hicimos toda de manera independiente. Nosotros nos encontramos estudiando cine, y armamos una productora, Nam Producciones, pero los dos coincidimos en que amábamos el teatro musical. Yo de chico consumí mucho Midón y Gianni.

¿Cómo fue el proceso de escritura?
Violeta: El proceso me llevó tres años. Surgió en la pandemia en un taller de dramaturgia que hice con Laura Paredes y ahí empecé escribir pensando en la cocina y en la idea del restaurante y empecé a entender que la obra hablaba de mí, de mi abuela, de mis deseos y frustraciones, de algunas pasiones que dejé de lado; y, sobre todo, que algunos temas eran universales y se me hizo necesario compartirlos. Y junto a Nico llevamos adelante este sueño. La historia es la de una chica que trabaja en un restaurante y quiere irse del país porque piensa que tiene que estar en otro lado para poder dedicarse a lo que le gusta, que es la pintura. Es una noche muy especial porque una señora reservó todo el restaurante para una cena para dos personas, pero en realidad termina siendo ella sola porque es un homenaje a su marido que ya no está.

-¿El personaje está inspirado en alguien en particular?
Violeta: Mi abuela está en esa idea. Amalia que es la señora que viene al restaurante viene a mostrarle un poco a Julieta, la protagonista, que no importa donde ella esté, sino a lo que se quiere dedicar y de quién está rodeada. Mi abuela siempre fue como muy de la familia y de los afectos. Hay una canción que canta el personaje de Amalia que es justamente un poema que yo escribí para mi abuela Milda.

Gianni: Violeta es una genia, porque con esa edad no solamente escribió la obra y las canciones, sino que además, como directora maneja los hilos de las escenas a la perfección y conduce a todos los actores de maravilla. Dentro de los ensayos no hay ninguna diferencia entre ella que tiene 22 años y un director de mucha más edad. Es increíble.

¿Cómo se les ocurrió convocar a Gianni al proyecto?
Nicolás: Nosotros primero lo llamamos para la película y le pedimos que haga una participación especial y que cante una canción suya. Al le encantó la idea y a partir de ahí creamos un vínculo. Él había quedado fascinado con el rodaje. Habíamos quedado con muy buena onda y los dos teníamos ganas de seguir haciendo cosas con él. Nos gusta trabajar con gente mayor, nos gusta este intercambio que se da. Hay mucho para nutrirse de la experiencia que tiene Carlos. El está en contacto con chicos porque además da clases. Tiene 84 y está haciendo todo el tiempo cosas.

Violeta: Cuando nos juntamos en el café, yo le conté la historia y en ese momento solo tenía el poema de mi abuela y él me pidió que lo lea y lloré, me emocioné mucho. Yo le pregunté quién iba a escribir las letras, si teníamos que llamar a otra persona y me respondió: ‘las letras las escribís vos‘. Y así fue.

Nicolás: Nos dio muchos consejos de cómo comenzar y nos dijo que lo más importante era que teníamos que armar un equipo y un elenco de gente que tenga amor por el proyecto y que quiera que esto salga genuinamente. Gianni llegó a su casa después de la reunión y ya se puso a componer. Y a los tres día nos mandó la canción de Amalia. Es un hombre con mucha experiencia.

-¿Cómo es el intercambio generacional?
Nicolás: Surgió de manera natural y es muy lindo poder trabajar en conjunto porque nos potencia mucho. Lo que la nueva generación tenemos para ofrecer es generar un grupo humano que la pase bien, que se quiera y que no generen relaciones tóxicas. Toni, por ejemplo, está volviendo al teatro después de mucho tiempo y para nosotros es un honor que esté en la obra.

Gianni: Para mí es una alegría y una emoción inmensa porque no solamente los autores y los productores son muy jóvenes sino que en el elenco también. Y comparten los muy jóvenes como Joaquín Catarineu, Nicolás Cúcaro, Daniela Rubiatti,con algunos profesionales con mucha experiencia como Tony Lestingi y Tiki Lovera. Es muy maravilloso eso porque ellos han hecho de esto un juego increíble, están todos compartiendo lo mismo y con la misma felicidad. Eso es lo que más me atrae y me llama la atención que los ensayos son hermosos y están todos felices.

-¿Tienen alguna referencia dentro del mundo musical?
Violeta: A mí me gusta mucho lo que hacen Nacho Olivera y Juan Pablo Schapira. Además, tomé clases con Juan Pablo en lo de Julio Bocca y ese tipo de teatro me encanta, para mí es como un teatro liviano, cuenta una historia, quizás triste o profunda, pero de una manera en la que uno la disfruta. También Emiliano Dionisi me parece súper talentoso.

-Carlos, con su experiencia en espectáculos infantiles, ¿Cómo ve la niñez?
Gianni: Los niños y los jóvenes de hoy, tal el caso de Violeta, no representan lo que yo era a esa edad. Hoy un chico de 22 años nos supera en las relaciones, en juegos, en ideas y en conocimientos. Los chicos están ligados mucho a las pantallas, todo es por el celular y la tablet. Pero los tiempos del teatro también cambiaron. Antes una obra infantil duraba una hora y media, hoy son cincuenta y cinco minutos, el tiempo que un chico aguanta estar sentado en una sala.

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