La actriz y dramaturga Paloma Contreras lleva la actuación en su ADN, es la hija de dos icónicos actores: Leonor Manso y Patricio Contreras. Debutó como directora de dos obras, y en Octubre será dirigida por su madre en el Teatro Nacional Cervantes en «Aurora trabaja». Además acaba de estrenar una película bajo la mirada de Sofia Gala Castiglione y a su vez la dirige a la hija de Moria Casán en un monólogo de «Teoría King Kong».
Texto: Muriel Mahdjoubian Rébori. Fotos: gentileza prensa.
Paloma Contreras estudió Ciencias Políticas, pero después se cambió a Artes Combinadas. “Muchas veces pienso en retomar la carrera porque es un espacio que me encanta la facultad. Me hacía muy bien y además me generaba un mundo de lecturas de materiales que tal vez, no hubiese accedido sino hubiera cursado”, cuenta la actriz que está llena de proyectos y desafíos en su profesión.
Su primera obra como directora y autora es Wellness, un centro de estética en donde se cuenta la historia de cuatro mujeres encerradas en un misterio. Wellness mezcla la comedia con el thriller. Durante un diluvio que azota a Buenos Aires, una recepcionista desaparece misteriosamente. El centro de estética donde trabajaba está en el ojo de la tormenta. Las cuatro mujeres ahí encerradas intentan desenmascararse y enfrentan un mundo que naufraga, tan vacío como exigente, y en donde apenas parece haber lugar para el amor “Terminamos, pero en junio vamos a hacer algunas funciones más. Que exista la posibilidad de hacer distintas temporadas de una obra es fantástico porque es una manera de resarcir tanto trabajo. A veces, con suerte, podés llegar a hacer doce funciones”, explica Paloma.
-¿Cómo fue tu debut como dramaturga y directora?
-Fue y es muy hermoso. A mí me encanta ir a todas las funciones, disfruto mucho de ver la obra y cómo se va consolidando. El teatro evoluciona mucho durante las funciones. Crece la obra, el trabajo de los actores y también una puede ajustar cosas desde la dirección. Yo había experimentado todo esto como actriz. Si bien yo no estoy en escena, si están mis palabras y algunas cosas que me imaginé y eso me encanta. La verdad es que disfruté mucho todo el proceso.
-¿Cómo fue la experiencia desde la dramaturgia?
-El año pasado terminé el curso de dramaturgia en la EMAD, y está obra la escribí antes. Por suerte, no me llevó tanto tiempo, fue un poco más de un mes. Yo tenía claro donde transcurría la acción y quienes iban a ser las cuatro actrices que finalmente algunas de ellas no pudieron porque en el medio nos pasó la pandemia. Luego escribí otras obras y una de ellas se dio en febrero de este año en el contexto del FIBA por un espacio que se le daba a la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Hice un workshop en el Centro Cultural Recoleta de una de las obras que escribí, Micelio, y la verdad es que funcionó muy bien. Fue una experiencia de 15 minutos muy hermosa y ahora me gustaría poder montarla entera.
-¿Cómo se te ocurren esos nombres para tus obras?
-A mis títulos no lo hago a propósito, surgen. Micelio es la red por la que se comunican los hongos por debajo de la tierra. Tienen una red de comunicación enorme. Wellness se llama así por dos cosas, primero porque es el nombre que me imaginé para el centro de estética y, segundo, porque es una palabra en inglés que conlleva el concepto del bienestar, de hacer tu propia burbuja del mundo. Y me resulta paradójico esta idea de querer acceder al bienestar en un mundo tan hostil. Yo creo que no es posible. Es la pregunta que se hace la obra. En un mundo donde hay tanta violencia, desigualdad y exigencia no sé si hay posibilidad de un bienestar. Yo no lo creo.
-¿Sentiste en algún momento el peso de ser la hija de Leonor Manso y de Patricio Contreras?
-Para el afuera sí, pero no con ellos. Tal vez cuando era más chica si, sobre todo porque yo estaba mucho más insegura de cuál era mi capacidad y mi movilidad dentro de ese mismo campo de acción en el que ya estaban mis padres jugando hace rato y en primera. De todas maneras, llega un momento que hay cuestiones que no que no se sostienen solamente por familiaridad. Ellos siempre confiaron mucho y eso se lo súper agradezco. Me siento muy afortunada de mis padres y de tener el nivel de diálogo que tengo con ellos, que además me dieron la vida.
-¿Cuáles son tus próximos proyectos?
-Voy a estrenar en octubre en el Cervantes en donde me va a dirigir mi mamá por primera vez. Estoy muy feliz y súper entusiasmada con este proyecto. La obra es de Mariana de la Mata que es una autora argentina que vivió en España. Es una obra muy hermosa que se llama Aurora trabaja. Estamos muy emocionadas con este nuevo desafío. El elenco lo completan Ingrid Pelicori, Juan y Mariano Garzón, que son los hijos de Gustavo y Alicia Zanca. Faltaría confirmar a Gustavo porque tiene también otros proyectos. Además, estoy dirigiendo un monólogo en el que actúa Sofía Gala Castiglione que se desprende del libro Teoría King Kong de Virginie Despentes. Lo estrenamos el mes pasado en el Teatro Solís de Montevideo y hay latentes otras fechas en otros países para hacer giras. Sofía, además de ser una actriz increíble, es una hermana así que este proyecto es puro disfrute. También estrenamos una película que dirigió Sofía con César González, Fobia. La hicimos en pandemia y es una película para mi hermosa y súper importante porque está hecha a pulmón y por amigos. La hicimos en un estado de desesperación porque era el momento en que no nos consideraban esenciales, entonces fue como una manera de auto rescatarnos.
-¿Sos de ir a ver obras de teatro?
-Si, me encanta. Tengo épocas en que voy re seguido y otras no tanto. Me gusta mucho el teatro y siempre me sorprendo con la cantidad de maravillosos actores, actrices, directorxs, dramaturgxs. Hay un crecimiento enorme.
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