Críticas

«Luz Testigo», cinco historias de seres perplejos ante el encierro

La pieza fue dirigida por Javier Daulte, a partir de textos ganadores de un concurso organizado durante la pandemia. La soledad, los miedos y un atisbo de esperanza.

Por Muriel Mahdjoubian Rébori. Fotos: Gerardo Serre.

En tiempo difíciles mientras se vivía el confinamiento más riguroso por la pandemia, el Espacio Callejón organizó un concurso de dramaturgia de obras breves. Los cinco textos ganadores dieron vida a Luz testigo, la nueva pieza dirigida por Javier Daulte. El elenco está integrado Ramiro Delgado, Lu Grasso, Silvina Katz, Paula Manzone, Agustín Meneses, Marcelo Pozzi, William Prociuk y María Villar. El vestuario y la escenografía realista, justa y necesaria es de José Escobar y el diseño de luces pertenece a Sebastián Francia.

Es uno de los pocos espectáculos creado, ensayado y estrenado durante la pandemia. Los textos son de cinco autores diferentes: Tomás Afán Muñoz, Marina Artigas, Rubén de la Torre, Julián Marcove y Agustín Meneses. En ellos conviven diversas historias, con sus universos y personajes autónomos entre sí, pero en todas sobrevuela el tema del confinamiento como hilo conductor.

Son historias simples y cotidianas lo que genera que el público logre identificarse con alguna de ellas. Una costurera descubre a través de la radio que su vecino está enamorado de ella; un detective trata de investigar la desaparición de un joven en un bosque, con reminiscencias al clásico de los hermanos Grimm, “Hansel y Gretel”; una hija que se reencuentra con su padre enfermo en el Delta; un actor que escribe un monólogo para olvidar a su ex novia que lo está mirando desde la platea y una pareja que se conoce mientras esta colgando la ropa en la terraza. Todos esos espacios que han adquirido un lugar de gran protagonismo durante la pandemia frente a tanto encierro.

Una de las escenas de «Luz Testigo».

Son historias usuales de la vida en donde se juega con el humor, la intriga y el drama de estos seres perplejos y desesperados.

Algunos textos trabajan más con el humor, mientras que otros son más dramáticos. El grupo de actores forma un gran equipo y el trabajo en conjunto queda en evidencia. Se puede percibir el valor de volver a estar juntos y, como quedó demostrado últimamente, nadie se salva solo.

La obra tiene como telón de fondo el encierro durante la pandemia.

El armado y desarmado de la obra ocurre frente al propio espectador. Este recurso pone en evidencia la teatralidad y el detrás de escena está a la vista. Además de compartir el backstage, la platea también es parte de la obra ya que uno de los actores interactúa directamente con el público. Son los propios intérpretes quienes iluminan la puesta con reflectores grandes y móviles de estudio de televisión recorriendo y alumbrando a sus compañeros. Los actores que no participan de la escena están atrás de las luces, casi inmóviles.

En todas las obras el tema del encierro aparece de algún modo. Luz Testigo habla sobre la soledad, los miedos, la incertidumbre, las distancias forzadas y los abandonos. Sin embargo, frente a tanta oscuridad transitada aparece, al fin, un atisbo de esperanza.

La obra tiene funciones todos los miércoles, a las 20.30, en Espacio Callejón (Humahuaca 3759).

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