Protagonizada por Thelma Fardín, Agostina Fabrizio, Fabián Carrasco y Emanuel Parga, llegó a Dumont 4040 una pieza que propone analizar cómo aquellas violencias cotidianas que están naturalizadas pueden resultar insoportables cuando son puestas en primer plano. Charlamos con sus directores, Cecilia Bassano y Matías Sendón.
Texto: Redacción Todo Teatro. Fotos: gentileza prensa.
Sexista tuvo su estreno mundial en nuestro país el pasado miércoles 2 de julio. Su dramaturga, Yvonne Eisenring, es autora bestseller suiza, periodista y conductora de TV y radio, cuyos ensayos y libros llegaron a las listas de los más vendidos de Suiza y Alemania, entre otros países. A la autora de la obra, se le ocurre intercambiar los roles de los personajes y de pronto es Julia, la protagonista encarnada por Thelma Fardín, la que es sexista, vulgar y hambrienta de poder. Pero Julia lo único que hace es temerle al compromiso, y ascender sin culpa en su carrera profesional.

«Que el estreno mundial sea en esta ciudad no es un dato menor: sucede en una escena independiente viva, desafiante, con un público de sensibilidad política singular, entrenado por años de conversación, conquistas y lucha. Sexista llega en un momento vibrante del feminismo local, que ha hecho un camino profundo, complejo, a veces contradictorio, pero siempre valiente, en su intento por desmontar estructuras, revisar lo aprendido y narrarse a sí mismo con más honestidad. En ese contexto, hacer esta obra —con humor, con juego, con libertad creativa— es un gesto que cobra fuerza. Porque no responde a una urgencia de corrección ni a una lógica panfletaria, sino a algo más elemental: el deseo de decir», aseguran sus directores Cecilia Bassano y Matías Sendón. «Y hacerlo en el circuito independiente, con todas sus fragilidades y todas sus potencias, reafirma la posibilidad de un teatro que no nace del deber sino del deseo. Eso, en tiempos de discursos únicos, retrocesos culturales, ruido y furia es, en sí mismo, un acto de resistencia: queremos hacer esta obra, y la hacemos, simplemente porque queremos. El deseo nos vuelve poderosos».
A medida que la pieza avanza, las actrices gozan de sus personajes más y más, mientras que los actores se sublevan y se quejan. La tensión crece entre los personajes, y se vuelve un campo de batalla donde todo se invierte: los discursos, las risas, las reglas del juego. «La puesta tiene un espíritu lúdico y filoso. Se apoya en el humor como herramienta para incomodar, abrir preguntas y tensionar sentidos. Apuesta a la síntesis y al impacto. Por momentos se corre del realismo para generar extrañamiento, y trabaja con una lógica más cercana al código, al artificio, al juego con las convenciones. Nos interesaba construir un lenguaje escénico que pudiera sostener la incomodidad sin solemnidad, y que habilitara algo político pero no panfletario; donde el humor, la forma y el ritmo fueran parte del mensaje. Todo está en escena de manera simple pero precisa: pocos elementos, una iluminación expresiva y una actuación que se atreve al exceso, al desvío, al borde», enumeran los directores. «Hay algo inquietante en esa risa que aparece justo cuando el espejo nos devuelve una imagen familiar. Porque nada es más violento que aquello que aprendimos a tolerar. La obra ofrece ese espejo: uno deformado, exagerado, grotesco a veces… pero que, en el fondo, revela algo de nosotros mismos. Queríamos que Sexista se sintiera urgente, afilada, pero también disfrutable, vital».

El equipo de Sexista está integrado también por los trabajos de Julieta Capece en diseño de vestuario y utilería, Gustavo Torcasso en diseño de muebles y realización, Ollantay Rojas y Milagros Rolandelli en coreografía, Emanuel Parga y Santiago Egui en composición musical, Matías Sendón en diseño de luces y espacio, Gonzalo Martínez en diseño gráfico, Marcos Mutuverría en la comunicación, Iráitz Gómez Cabrera en asistencia de dirección, Cecilia Bassano en la traudcción y Marina D’Lucca en la producción ejecutiva.
«La dirección compartida fue, sin dudas, un desafío y una enorme oportunidad. En una obra que pone en escena las tensiones del sexismo, que la mirada femenina y la masculina convivan en la dirección no es un dato menor. Ese diálogo —y también esa fricción— fueron no solo necesarios, sino profundamente productivos. No se trató de llegar a un consenso fácil, sino de permitir que las diferencias se escuchen, se confronten y se integren en una búsqueda común. Ese ejercicio, en sí mismo, ya propone otra forma de hacer: porque la política también empieza en cómo trabajamos, en cómo nos escuchamos y en cómo sostenemos el conflicto de manera creativa», analizan Cecilia y Matías.
Sexista tiene funciones los miércoles de julio a las 20 horas en Dumont 4040, Santos Dumont 4040. Entradas en venta por Alternativa Teatral.
