Julieta Novarro y María Figueras cuentan cómo pasaron la angustia de la pandemia y las nuevas propuestas de este formato que nació en Madrid y tiene gran éxito en la Argentina. Planes de expansión.
Por Muriel Mahdjoubian Rébori. Fotos: Gentileza Clarín y Prensa.
Microteatro Buenos Aires reabrió sus puertas bajo estrictos protocolos y con una renovada programación de 18 obras con la temática #PorSuspenso. El formato, que se originó en Madrid en 2009 y luego arribo a Buenos Aires, también tendrá otras sedes en Mar del Plata, Córdoba, Rosario, Quilmes, y Chile.
“Es una marca que construimos con mucho trabajo y si se están abriendo cinco Microteatros más es porque hay una demanda respecto a este tipo de arte”, cuenta, Julieta Novarro, fundadora y directora de Microteatro.
La curaduría está a cargo de un gran equipo de mujeres: Julieta Novarro, María Figueras y Lorena Romanin. Además, son las encargadas de capacitar y trasmitir sus experiencias al personal de los futuros Microteatros en las distintas ciudades.
“Cada día que va pasando vemos que Microteatro está más vivo que nunca; nos está dando la señal de que estamos haciendo lo correcto”, señala Figueras.

El lugar combina una propuesta de bar y teatro, con obras breves.
La temática de diciembre es #PorSuspenso, luego en enero será #PorPlacer, en febrero #PorlaMentira, en marzo #PorAmor, en abril #PorSexo y en mayo #PorDinero. En tanto, en junio será la micro selección, con las obras más vistas de esos meses. Y en julio llegará #PorlaFamilia.
Las obras podrán disfrutarse alternativamente en las seis salas del espacio, de miércoles a sábado, tanto en la sesión Central, como en la Golfa.
“La duración de las obras cambió, antes eran de 15 minutos y ahora duran doce o trece como máximo, entonces no llegás al tiempo de contacto estrecho con la gente que está en la sala. Además, bajamos el aforo de 24 a 16 personas por función”, explica Julieta.
¿Cómo fue cuando tuvieron que cerrar?
Novarro: Nosotras dijimos que íbamos a ser los primeros en cerrar y los últimos en abrir y así fue. De todas formas, nunca dejamos de estar conectadas entre las tres. Cuando cerramos empezamos a tratar de generar contenido audiovisual y a mitad de año hicimos la apuesta en la Rural. Siempre le fuimos buscando la vuelta, jamás nos resignamos, hasta los últimos cuatro meses que tuvimos que cerrar hasta la nueva reapertura.
¿Temieron por no poder abrir de nuevo?
Novarro: Yo sabía que íbamos a volver a abrir, y también era consciente de que no podíamos seguir sosteniendo la estructura, pero estaba segura que íbamos a volver. Microteatro siempre funcionó; a veces, muy bien; otras, excelente y otras bien, pero siempre fue un éxito, entonces cerrar un éxito por una coyuntura que nos excede no era una posibilidad.
Figueras: Para mis esos meses que cerramos fueron difíciles. Toda la pandemia fue dolorosa, en todos los ámbitos y profesiones. La nuestra fue una de las más golpeadas, pero siempre tuvimos la esperanza de volver. Yo tiendo al pensamiento mágico, lo cual nos permite estar a flote y trato de mantenerlo lo más vivo posible.

MaríaFigueras, una de las encargadas de la curaduría del material.
¿Sigue viniendo la misma cantidad de público que antes de la pandemia?
Novarro: No, la gente grande viene menos, todavía no se animan. Lo están haciendo de a poco. Había un público que solía venir de 70 a 80 años y no está viniendo. Creo que todavía a esa gente un espacio reducido le está costando. Supongo que con el tiempo volverán, ya se están dando en muchos casos las terceras dosis.
Figueras: Lo importante es que siempre tengan el barbijo correctamente y se desinfecta e higieniza la sala entre función y función.
¿Cómo fue la reapertura?
Novarro: La reapertura fue de una emoción inusitada. Significó tanto para mí. Tengo el recuerdo tan presente del abrazo y el aplauso con todas las compañías. Fue una emoción que yo no la había vivido nunca ni en agosto del 2017 cuando inauguramos. La sensación era: lo pasamos, pudimos y volvimos. Era mucha la información que nos pasaba por las venas; creo que en ese sentido esto ya es un éxito. Volver a abrir, y reencontrarte con la misma gente y con las mismas ganas de seguir apostando es único.
Microteatro atrae a mucha gente que tal vez nunca antes había ido al teatro. ¿Cómo se sienten con esta realidad?
Novarro: Para nosotras es hermosísimo, porque después esa gente puede llegar a ir a ver teatro convencional. Microteatro no es mejor ni peor: es microteatro. Es una salida nocturna que contiene una propuesta teatral en sí misma. Yo creo que eso hace que un chico de 20 años se sienta menos comprometido y a cierta edad o para ciertas personas que todavía nunca fueron al teatro puede ser agobiante. Y esto de entrar y salir suma.
Figueras: Es como ver distintos cuentos cortos y nosotras nos encargamos justamente de eso: que sean muy diferentes entre sí. Es un mecanismo de relojería. Si dos obran tratan de una separación tienen que ser abordadas de formas muy diferentes. En la temática de amor, por ejemplo, puede ser por amor a la botánica, a la pareja, al amor fraternal, al amor al teatro y ahí está a la luz la creatividad de cada uno de los artistas.
¿Cómo eligen las obras?
Novarro: La clave de la elección es que nosotras tratamos de que la gente pase de una sala a la otra y tenga una experiencia completamente distinta sobre un mismo tema. Ahí se ve cómo cada director aborda la temática y esto mismo también se replica en el tipo de gente que trabaja en Micro. Hay directores que son de publicidad, de cine y de teatro, lo mismo que autores.
Figueras: No es nada fácil contar un cuento en tan poco tiempo, con la gente tan cerca y el tipo de actuación. Todo lo vas graduando, en qué momento gritar, en cuál acercarte, o aparecer o desaparecer. No es lo mismo trabajar en estas salas que en el Camarín o en el Callejón. Nos gusta ponernos en riesgo porque buscamos actores muy distintos desde clown hasta los que hacen mucha televisión. Hay mucha variedad.
¿Cómo es el proceso de la curaduría?
Novarro: Depende del mes. Hay meses que son más fuertes que otros. Recibimos aproximadamente trescientos textos más o menos, luego se dividen en tres. Cada una lee lo que le toca y elige veintipico. Luego esa selección de obras, se las pasamos a las otras y después nos reunimos y vemos en qué coincidimos y en qué no. Obviamente coincidencia no hay en dieciocho, tal vez en diez.
Figueras: Nosotras le mandamos a nuestra asistente las seleccionadas de cada una y ese archivo que le enviamos se abre cuando estamos las tres juntas. Ahí vemos las coincidencias y en las que no estamos de acuerdo, empezamos a debatir y elegir. También, si es necesario volvemos a releer, cada una da su punto de vista. El otro día de las sesenta que me toco leer, lloré con dos. Es hermoso cuando te encontrás con una que te hace reír y llorar al mismo tiempo.

Escena de «Sueño docente», de Miguel Kot.
¿Qué piensan de los que tienen cierto prejuicio con Microteatro?
Figueras: A los que juzgan les diría que vengan a probarlo porque no es tan fácil encontrar una buena historia y contarla en tan poco tiempo. Una vez, cuando Micro era escombros, vino Mauricio Kartun de la mano de July y con su generosidad enorme nos dijo una metáfora muy linda: “Bajás a tomar algo y subís a tomar teatro”. Fue hermosa. Y a su vez también nos señaló lo difícil que es escribir corto y que puedas reír, llorar o reflexionar en poco tiempo. Es un arte. A veces lo juzgan porque tocan de oído, pero si uno lo atraviesa es una experiencia distinta. A mí me gustaría invitarlos a que vengan y prueben.
Novarro: A mí no me llega como a María. En general se me acerca gente que tiene muchas ganas de estar en Micro y para mí eso es lo más importante. Los que estuvieron quieren volver. Para mí ese es el termómetro. No me hablés de un restaurante al que no entraste a probar la comida; hablemos de si la probaste y no te gustó y acá toda la gente que viene a probar quiere volver. Eso es lo que me parece importante porque prejuicios va a ver siempre en todas las salas de teatro.
¿Cuál es la temática que mejor funciona?
Novarro: Hay algunas que son como pilares: por amor, por sexo y por dinero funcionan muy bien, además de que son las temáticas que corresponden a Microteatro cuando se armó hace 11 años en España. Empezó siendo microteatro por dinero y así empiezan, con esa temática, todos los microteatro.
Figueras: Por tus muertos también era muy buena. Este año vamos a ver si está o no, aún no lo hemos decidido.
¿Cuándo empiezan los nuevos Microteatros?
Novarro: Córdoba ya arrancó en diciembre, Mar de la Plata el 12 de enero, Quilmes también en enero y Chile y Rosario en marzo.
¿Las nuevas sedes las organizan también ustedes?
Novarro: Nosotras vamos a capacitar gente para que pueda adquirir esta misma mirada, pero la idea es que cada Microteatro tenga su personal haciendo el mismo trabajo. Nosotras lo que hacemos es brindarle los textos que han funcionado muy bien. O sea que todo ese banco de datos, que fue un gran trabajo de selección, después ellos se los dan a distintos directores locales. Y ahí empieza a trabajar la gente de cada localidad. Se hace federal. Para mí como experiencia es hermosísima y la idea es que nosotras podamos viajar cada 6 meses para ver qué es lo que está pasando, hacer devoluciones y poder presenciar algunos ensayos generales.
Figueras: Nosotras aprendimos mucho con prueba y error y la idea es poder trasmitirle todo lo que fuimos aprendiendo desde que se abrió Micro. Hay algo del formato que lo conocemos muy bien, tiene que ser una experiencia distinta en cada sala. En cada obra el público tiene que ver distintas miradas sobre una sola temática. Se tiene que armar una experiencia muy ecléctica de la noche; es mucho más abarcativo que elegir una obra. Además, nosotras no votamos un concurso de dramaturgia; elegimos espectáculos completos, con elenco y dirección.
¿Qué representa Microteatro en tu vida?
Novarro: Mi tercer hijo. Creo que pude poner en Micro todo lo que fui aprendiendo y estudiando a lo largo de toda mi vida, desde dramaturgia, dirección, escenografía, vestuario y actuación en un solo trabajo. Me consume mentalmente veinticuatro por siete, pero me da muchas alegrías, aunque hay veces que también me angustio.