Detrás de escena

Nelson Valente: «A mí me gusta hacer las obras para siempre»

Con trabajo en Buenos Aires y en Barcelona, el director reestrena una de sus obras más queridas, «Solo llamé para decirte que te amo» mientras disfruta del éxito de «Cuestión de género» con Moria Casán y Jorge Marrale y, prepara varios proyectos.

Texto: Sandra Commisso. Fotos: Gentileza prensa.

Casi una década después de su estreno, Solo llamé para decirte que te amo, vuelve a escena, esta vez en el Camarín de las Musas, con funciones todos los domingos a las 18. La obra escrita y dirigida por Nelson Valente, inició su recorrido en 2016 presentándose en casas particulares porque esa era la consigna por encargo del Centro Cultural 25 de Mayo para el Ciclo El teatro va a tu casa. Sin embargo, la pieza sobrevivió a varias mudanzas y, después de recorrer salas teatrales de la Argentina y España, regresa a una sala porteña.

Protagonizada por Mayra Homar, Julia Dorto, Juan Pablo Kexel, Marianela Pensado, Guido Botto Fiora, Juan Ignacio Uguet y Silvia Villazur, la trama nos habla de una mujer, Patricia, que vive con sus hijos mellizos, su madre, su hermana y la novia de uno de los hijos. Todo el peso y la responsabilidad familiar recaen sobre ellas hasta que un llamado cambiará su vida para siempre. Con algunos cambios en el elenco desde entonces, la esencia está intacta.

«En ese momento, recuerdo que en un viaje desde Lomas de Zamora hasta Villa Urquiza terminé de definir la cantidad de personajes y luego de doce ensayos, estrenamos», cuenta Nelson. «A mí me gusta compartir con el elenco para que en el trabajo de ensayos se terminen de asentar las ideas».

-¿Cómo era esa experiencia de hacer teatro en los límites de un departamento?
-Usábamos los distintos espacios. En general, primero nos instalábamos en el living o el comedor pero después de varias funciones, ya nos adaptábamos a cualquier lugar y en muchos, casi no teníamos espacio físico. Fue muy lindo y recopilamos unas cuantas anécdotas, como por ejemplo, la de un perro entrando a escena y quedándose abajo de la mesa durante toda la función.

-En la gira que hicieron por Cataluña, ¿también se presentaron en casas particulares?
-Si, también. Allá se llama «teatro de proximidad» porque tenés a los actores muy cerca y si te mienten, te das cuenta enseguida. Hubo una vez que compartimos departamento con otra obra. Y también nos tocó en otra casa que estaba super equipada y usamos la pava eléctrica y la heladera para la obra. Ahora, en la sala del Camarín donde vamos a reestrenar, tendremos una escenografía adecuada y está bueno también.

-Muy típico del teatro independiente, la adaptación a todos los hábitats y circunstancias.
-Tal cual, podés hacer teatro con cualquier cosa y en todo lugar, y eso hace que todo se recueste en el texto y en las actuaciones. Cuando la hacíamos en casas, la obra creaba mucha intimidad con el público. Nos pasó, más de una vez, que alguna espectadora le aconsejaba a la actriz que interpretaba a Patricia: «Andate, querida, aprovechá». Y ni hablar cuando terminaba la función. En Cataluña, algunas personas comentaban en voz alta durante la función y otras querían saber qué pasaba con los personajes después. Se quedaban enganchados. Hay algo muy contemporáneo en la historia de esta mujer en Solo llamé… que identifica a tantas personas, especialmente mujeres. Es un personaje muy actual realmente. La veíamos como en un espejo cuando hacíamos las funciones en las casas

-Qué lindo que siga pasando eso con el teatro.
-Es increíble, en pleno siglo XXI, que 50 ó 60 personas se junten en una sala teatral ya es milagroso. Y si después, pasa algo así, ya es mágico. Es algo que sólo lo logra el teatro, por ser un acontecimiento vivo. Si algún contemporáneo de Shakeaspeare se metiera en un teatro hoy, (sin ver lo que pasa afuera) sería todo prácticamente igual que entonces. El teatro es compartir tiempo, una historia y en esta época tan individualista, ese compartir se resignifica y se revaloriza.

-Hay algo muy primitivo, primario, en ese ritual humano de juntarse a compartir una historia que es muy necesario hoy.
-Totalmente, es muy importante ese encuentro compartido, muy sanador.

-Desde hace varios años, trabajás a mitad de camino entre Buenos Aires y Barcelona, ¿qué similitudes y diferencias ves a nivel teatral?
-Desde 2011 que voy y vengo todos los años y en 2019 me instalé allá pero nunca dejé de trabajar acá. De hecho, ahora está en cartel Cuestión de género, una comedia con Moria Casán y Jorge Marrale, en el Metropolitan, este reestreno y otros proyectos más. Pero en cuanto a tu pregunta, creo que en Argentina hay algo de lo popular que está más naturalizado. Es decir, en Buenos Aires, la gente está mucho más vinculada con la actividad teatral, hay más público circulando por las distintas salas, además de que hay mucho más cantidad y calidad de propuestas.

-¿Con qué asocias ese fenómeno tan particular?
-Creo que en parte, tiene que ver también con una generación de maestros que formaron a muchos artistas, es espacios públicos como la UNA y la EMAD. En Barcelona, por ejemplo, hay bastante tradición de teatro amateur y también, como pasa en la Argentina, es ahí donde está el gran semillero de talentos.

-Solo llamé para decirte que te amo está por cumplir diez años, ¿te sigue gustando lo que hiciste?
-A mí me gusta hacer las obras para siempre. Esta está por cumplir diez años, El loco y la camisa va por los 17… Sí, me gusta.

-Más allá de los recursos, ¿cambia tu dinámica de trabajo cuando hacés una obra para el circuito comercial, con artistas más famosos?
-Cuando trabajo en el comercial quiero que pase lo mismo que en el independiente. Salvo por los recursos, como decís, el resto no cambia. Puede pasar que un productor te imponga a un actor o una actriz y te tenés que adaptar. Pero ahora puedo poner más límites. Igual, tengo que decir que trabajar con Moria y con Marrale fue un absoluto placer, por lo grandes profesionales que son, además de muy divertidos.

-¿Cuáles son los proyectos que vienen?
-Para 2026 llega Silvia en la que actúan Mayra Homar, Lide Uranga, Gabriel Beck y Julián Ponce Campos y es la historia de una mujer de 70 años que se va a España a dejar las cenizas de su marido pero, secretamente, quiere encontrarse con su amor de juventud. La obra es parte de una trilogía del deseo (junto a Mercé y a Rovira vs. Rodríguez) que hicimos con la dramaturga catalana Cristina Clemente (autora de Laponia, entre otras). Ya las presentamos en el FIBA y en el Festival Grec de Barcelona y faltaba una sala en Buenos Aires, pero pronto se verá.

Solo llamé para decirte que te amo tiene funciones los domingos a las 18 en el Camarín de las Musas, Mario Bravo 960. Entradas por Alternativa teatral o la web del teatro.

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