El dramaturgo y escritor Christian Lange acaba de publicar «Espacios vacíos», su tercer libro de narrativa. Hablamos con él antes de la presentación que se realizará el próximo 17 de junio en Libros del Pasaje del barrio de Palermo.
Texto: Redacción Todo Teatro. Fotos: gentileza prensa.
Tras las novelas Trío (Simurg, 2014) y Persistencias de la memoria (El Bien del Sauce, 2021), este nuevo libro está estructurado en dos partes: la primera, tiene cinco relatos relativamente breves; la segunda, otros dos relatos más extensos. Cinco de los siete relatos de este libro nacieron entre 2020 y 2023. Los otros dos, tienen un origen bastante anterior. «Silencio interrumpido» nació como texto teatral en 2005; las dos partes que componen «La intemperie» surgieron de anotaciones en un diario personal llevado entre 1997 y 2001 y de un capítulo de «Trío», respectivamente.
Quien haya leído los libros anteriores de Christian Lange, encontrará acaso referencias y recurrencias, variaciones, continuidades y rupturas, formas de dialogar y tender puentes, conexiones entre los elementos de ese conjunto en desarrollo. Según el autor, Espacios vacíos cierra una etapa, un ciclo de escritura literaria narrativa.
-¿Qué aprendiste sobre vos mismo y como escritor al concluir esta etapa?
-Creo que este libro, al igual que Persistencias de la memoria, me ha permitido trabajar a partir de la experiencia personal, ahondar en lo íntimo, en la (auto)biografía entendida en su sentido más amplio, y también pude experimentar diversos modos de ficcionalizar esa experiencia, de “salir” del yo a través de narrar lo más subjetivo (la intimidad) pensando muy concretamente en compartirlo, en donarlo, en diluir el concepto de lo “mío” mediante operaciones literarias, a través del trabajo sobre el lenguaje. En ese sentido, siento o intuyo que esa etapa, ese aprendizaje literario y personal se cierra
aquí.

-¿Por qué elegiste que todos los relatos giraran en torno a un solo protagonista, Nicolás? ¿Qué te permite explorar este personaje que no te permitiría una variedad de voces?
-Nicolás y su mundo constituyen en eje, el hilo, la columna vertebral que enlaza distintos formatos de narraciones (relato clásico, carta, diálogo, diario íntimo…). Por un lado, es un punto de unión, pero también de multiplicidad, porque se trata de todas las vidas, así en plural, de este Nicolás (matrimonio con Milena, separación posterior, vida anterior, adolescencia, su homoerotismo y su despliegue sexoafectivo…). En algún sentido, siguen siendo muchos hombres, muchas vidas. Trato de cultivar la polifonía y el contrapunto, siguiendo a Kundera. La construcción del personaje de Nicolás me permitió experimentar modos de narrar, formatos de relato. Creo que esa variedad es, paradójicamente, lo que permite unificar todo el texto y defender su posible concepción como novela.
-Hay textos que tienen más de 20 años. ¿Cómo fue el proceso de revisarlos o reescribirlos para este libro?
-Es verdad, hay algunas partes de algunos textos que nacieron de revisitar textos de hace veinte años. Algunas cosas habían sido pensadas para la escena (teatro), otras habían sido pensadas como escritura privada (no publicable). La distancia y el tiempo me permitieron verlos de otro modo y encontrarles el vínculo profundo con escrituras posteriores, actuales. Apareció la sensación de que finalmente esos textos habían encontrado su estructura contenedora, su hogar. Revisar, corregir, reescribir… todo eso es para mí parte ineludible del proceso de escritura, sea que lleve semanas, meses, años o hasta un par de décadas. Todo lo anteriormente escrito es materia prima, sustrato, magma, alimento posible de la nueva escritura.

-El libro se puede leer como conjunto de cuentos o como una novela. ¿Qué te interesaba explorar con esa ambigüedad estructural?
-Creo que las clasificaciones, las taxonomías, no pueden ser rígidas y, de hecho, están de algún modo estalladas. Los límites entre géneros, formatos, formas, se han vuelto (saludablemente) difusos desde hace ya tiempo (mediados del siglo pasado, al menos). Cuento, relato, novela… son todas modalidades del narrar, del contar, del dar cuenta de un mundo. En general disfruto cuando puedo encontrar en un libro (de cuentos, supongamos) cierto hilo, cierto arco, ciertas constantes que me hagan entender por qué eso relatos en ese orden. En cuanto a la ambigüedad, creo que es un campo fértil, y en ese sentido me es atractiva.
-En tus palabras y en las de José María Brindisi se menciona la idea del “espacio vacío” como núcleo de sentido. ¿Cómo entendés ese vacío desde la escritura y desde la vida?
-Entiendo que las presencias y las ausencias son, ambas, significativas. Y que es el vacío, el espacio vacío, lo que posibilita la aparición de algo. Un espacio vacío está habitado de algún modo por aquello que hubo y ya no está, y por aquello que todavía no apareció pero puede hacerlo. En ese sentido, ese vacío, esos espacios no-ocupados, ese territorio que no está obstruido, es el germen de las creaciones (artísticas y vitales o existenciales).
Espacios vacíos se presentará el martes 17 de junio a las 18 horas en Libros del Pasaje, Thamer 1762. Durante la presentación -a cargo de Lara Segade- el autor conversará con Marcelo Sevilla, de Ají Ediciones. Además, los actores Pablo Tiscornia, Emiliano Díaz y Lautaro Delgado Tymruk leerán fragmentos escogidos del libro.
