Críticas

“Seré”, del verbo ser. La puesta del cuerpo a la voz de un sobreviviente

A partir del estremecedor testimonio de Guillermo Fernández durante el Juicio a las Juntas de 1985, la obra interpretada por Lautaro Delgado Tymruk, quien dirige junto a Sofía Brito, transforma el escenario en un ritual de verdad, dolor y resistencia.

Texto: Joaquín Guido. Fotos: gentileza prensa.

En Seré, la memoria no es una consigna ni un ejercicio abstracto: se vuelve carne. La pieza parte de un dispositivo escénico sencillo pero conmovedor: una silla, una luz, una voz grabada y una mesa. Sobre ella, la maqueta diseñada por Gustavo Brito e Isolda Maur que funciona como ilustración precisa y ejemplificación clara de lo narrado por el protagonista.

Es la voz real de Guillermo Fernández, sobreviviente de la mansion Seré, relatando su vivencia y experiencia con una crudeza que no admite adornos. Pero lo que sucede sobre el escenario no es una representación de ese relato, sino un acto de encarnación. Lautaro Delgado, único actor en escena, no intenta imitar a Fernández, le presta su cuerpo, su respiración, su temblor y sus ojos. En una coreografía precisa, íntima y contenida, acompaña palabra por palabra ese testimonio ya histórico, y lo resignifica desde lo físico. Cada movimiento está pautado, pensado y sentido. Su cuerpo vibra con el peso de lo que escucha, y hace escuchar.

La iluminación, a cargo de Ricardo Sica, refuerza los cambios emocionales del relato con sobriedad y justeza. La luz no embellece, es reveladora. Se vuelve un pulso que acompaña la densidad de lo narrado, potenciando los momentos de tensión, de miedo, de angustia, pero también de dignidad y de memoria activa. Uno de los aciertos más conmovedores de Seré es que no apela al golpe bajo. La crudeza está en el testimonio; el arte está en cómo se lo canaliza. Esa distancia entre voz y cuerpo crea un espacio poético, donde el espectador no es invadido sino interpelado. La emoción no es impuesta, surge del encuentro entre relato, actuación y silencio.

No es casual que Delgado logre encarnar a la perfección la voz del sobreviviente, él es uno de los protagonistas de Crónica de una fuga (2006), la película de Adrián Caetano basada en el libro de Claudio Tamburrini, también secuestrado en la mansión Seré. En aquella ocasión, su interpretación ya había sido reconocida por su intensidad y entrega. Pero aquí da un paso más: no actúa la fuga, actúa la memoria. Y lo hace sin artificios, con una entrega física y espiritual total. Seré no es solo una evocación del pasado. Es una afirmación del presente. Un presente en el que la memoria debe seguir siendo acto, arte y denuncia. Porque la impunidad muta, pero no desaparece. Los canallas nunca duermen… pero a veces se despistan.

Seré realiza funciones los sábados de mayo y junio a las 17 horas en El Teatro del Pueblo, Lavalle 3636. Las entradas se consiguen en Alternativa Teatral y en la boletería del teatro.

Deja un comentario