«Salvar el fuego» nos lleva al universo del libro «Las cosas que perdimos en el fuego», donde en una cruda pero cercana distopía las mujeres deciden quemarse para no ser quemadas. La obra propone los matices de la autora Mariana Enríquez, que exponen diversas y complejas aristas de la violencia y las razones poéticas y políticas de la inmolación. Hablamos con su dramaturgo y director, Jorge Thefs.
Texto: Redacción Todo Teatro. Fotos: gentileza prensa.
Salvar el fuego formó parte del FIBA, de la programación especial por los 10 años de la BIENAL de Arte Joven y del Festival Abriendo Escena en 2022. La puesta de Jorge Thefs propone descubrir el universo de la novela en arquitecturas específicas, creando escenas en cada rincón del Espacio De la Tía en el barrio del Abasto. La cercanía del espectador con el desarrollo de la pieza genera una suerte de inmersión en su universo, una propuesta site-specific que se sostiene en la textualidad de la narrativa, en los cuerpos de las actrices, en los estímulos sonoros y en las provocaciones espaciales de la puesta. Las performers que dan vida a todos los personajes son Victoria Duarte, Gabi Moura, Sol Rieznik Aguiar, Magui Downes, Jazmín Siñeriz, Myriam Ramírez, Daira Escalera, Juliana Ortiz y Natalia Tesone.

-¿Cómo fue el proceso de adaptar los relatos de Mariana Enríquez al lenguaje teatral?-Para la adaptación trabajé con la idea de hacer de una voz individual, una voz coral, haciendo que los personajes se multipliquen y así también multiplicar la idea de lo grupal que tiene el texto. La narrativa de Mariana es muy permeable y cercana, esa cotidianidad es una ayuda para la teatralidad-performatividad.
-¿Qué enfoque elegiste para poner en escena un tema tan sensible como lo es el femicidio?
-En principio pensaría en que todo está referenciado, aparece la idea de sinécdoque, la parte por el todo, nada es explícito. Sin embargo, todo convive en la puesta a partir de pequeños gestos. En la misma sintonía se suma la idea de testimoniar y ficcionalizar el relato. La distopía que propone Mariana mezcla la crudeza con la posibilidad de digerirla.

-¿Cuál fue el principal desafío en la creación de una propuesta site specific?
-Más que desafíos pienso en potencialidades, entre ensayos y funciones llevamos 4 años en el espacio De La Tía (espacio que coordino), que estuvo en refacciones y tuvo diferentes etapas. Todas aportaron algo nuevo al material. La luz natural, el horario diurno, la galería, las escaleras, el patio, la cocina… dan muchas oportunidades al material.
-¿Cómo equilibraste la crudeza del relato con la posibilidad de generar reflexión o esperanza en el público?
-La puesta genera algo interesante en relación a la cercanía, quien especta no tiene una butaca cómoda donde sentarse, entonces está un poco incómodo y es parte del universo del testimonio. Por lo tanto es testigo y ser testigo invita (por no decir obliga) al espectador a pensar algunas cosas, a salir de la obra con la sensación o la necesidad hacer algo con esa información, ese ingreso del material en la esfera de lo social también alimenta a la pieza y al grupo.

-¿Qué esperás que el público se cuestione o reflexione después de ver la obra?
-Creo que la porosidad de las actuaciones, y esta cercanía de la que hable antes, pone más a la mano los casos que conocen sobre violencia de género, deja de ser algo que está lejos o mediado por la noticias o “en la tele” o “la tapa del diario” y se vuelve algo más cercano. Es difícil revisar lo propio desde el espejo del afuera y lo real, pero muchas veces es necesario encontramos con eso que nos causa horror incluso en nuestra propia historia. Me parece importante mencionar también que de alguna forma esta reflexión nace y se convierte en poesía, es el universo poético de la pieza lo que habilita la reflexión, el horror convertido en poesía invita a la reflexión.
Salvar el fuego cierra su temporada 2024 el próximo sábado 30 de noviembre a las 15.30 horas en De la tía. La función contará con accesibilidad en lengua de señas. Entradas en venta en Alternativa Teatral.
