Este sábado comienza en Beckett Teatro la tercera temporada de «VHS – Un retrodrama rebobinado», la propuesta ideada por Nicolás Capristo y dirigida por Tomás Soko que se pregunta cómo se guardan en el cuerpo los recuerdos y cómo transformamos los recuerdos particulares en relatos colectivos.
Texto: Redacción Todo Teatro. Fotos: Florencia Fernández, gentileza prensa.
VHS – Un retrodrama rebobinado es un unipersonal teatral grotesco con idea, dramaturgia e interpretación a cargo de Nicolás Capristo, acompañado por Tomás Soko en la dirección y la colaboración dramatúrgica. Esta propuesta que regresa a la cartelera porteña el próximo fin de semana, nos invita a observar la memoria con sus múltiples posibilidades del recuerdo y a empatizar con las penurias de los acontecimientos que rememora el protagonista. En su departamento heredado y atravesado por el mundo de las películas, Sergio desplegará el aspecto onírico de los recuerdos y dará ingreso a un listado infinito de locaciones y de tiempos.

-¿Cómo describirías el viaje a los recuerdos que atraviesa el protagonista de la obra?
-Sergio se hunde en un pozo que lo llevará a todo tipo de lugares y espacios. Sus traumas del pasado serán el hilo conductor que nos lleven a estos momentos de su vida marcados a fuego. Desde la palabra, y la imagen que se construye visiblemente para el espectador, pasando desde el humor, lo patético a lo dramático, durante VHS visitamos un sinfín de lugares, tiempos, sensaciones y vivencias.
-¿Qué vínculo aparece entre esos recuerdos y el cine en escena?
-La vida de Sergio está marcada por las películas. Al ser una persona solitaria, encerrada en su departamento heredado de Palermo, se pasa la vida mirando clásicos de Hollywood en formato VHS. Al tener este lugar tan importante en su vida, es un reflejo, una comparación constante que realiza con sus vivencias. ¿Cuánto de la imaginación y los recuerdos de Sergio son reales, y cuanto es fantasía? En este cruce, nos vemos constantemente atrapados, tanto el espectador, como el protagonista.
-¿Cómo describirías la corporalidad del personaje en escena y cómo acompaña su viaje a los recuerdos?
-La corporalidad construida del personaje parte desde una conciencia física acompañada de una precisión rítmica y espacial. La obra tiene dinamismo desde el texto, la acción y el movimiento, lo veremos constantemente en problemas y en distintos escenarios, más allá de que nos encontremos en el departamento de Sergio. Desde aquí, y acompañándonos de viaje, vemos el cruce de distintas disciplinas como el clown, el teatro físico, la manipulación de objetos y el drama.

-De cara a esta temporada, ¿cuáles son los desafíos presentes?
-Creemos que la obra está en un momento muy propicio para poder dar un salto. Con 18 funciones realizadas, cierto proceso madurativo de los primeros momentos sentimos que ya se ha dado y la obra está mucho más consolidada. Esperamos que el público nos acompañe en esta aventura para empatizar con el tierno y torpe Sergio. Nos parece importante poder ver reflejado en él tantas cuestiones que forman parte del inconsciente colectivo y, a su vez, poder mirar nuestros problemas a la cara y reírnos de eso. No buscamos hacerlo desde una bajada de línea melancólica, sino desde el disfrute de ver un personaje que encarna y vivencia con nosotros este recorrido.
VHS – Un retrodrama rebobinado tiene funciones, desde el 5 de octubre, los sábados a las 21 horas en Beckett Teatro, Guardia Vieja 3556. Entradas a la venta en Alternativa Teatral.
