La actriz protagoniza, junto a Lucía Aduriz, la obra «Quiero decir te amor», construida a partir del intercambio de cartas de dos mujeres. La dramaturgia y dirección es de Mariano Tenconi Blanco.
Por Diego Jemio. Fotos: Gentileza prensa «Quiero decir te amo».
En el precioso libro “El género epistolar: un homenaje a manera de carta abierta”, el escritor y periodista mexicano Carlos Monsiváis dice que una carta es, principalmente, una conversación entre dos ausentes. En Quiero decir te amo, escrita y dirigida por Mariano Tenconi Blanco, esas dos “ausencias” son una mujer que comienza a escribirle cartas a un hombre. Y la esposa de ese hombre, que captura las cartas y comienza a responderle.
La obra, protagonizada por Lucía Aduriz y Violeta Urtizberea, es un homenaje -con gran humor- a ese arcaísmo que es escribir cartas, al amor, a la literatura y al deseo. “Siento que el amor no está completo si no lo escribo”, dice en algún momento el personaje de Urtizberea, que cuenta cómo fueron los ensayos y su relación con lo epistolar.
–Escribir cartas es algo que cayó en desuso. ¿Qué te despertó el material en sus primeras lecturas?
-Justo había leído la obra el año pasado porque Mariano (Tenconi Blanco) la reeditó y me invitó para que leyera fragmentos. Me encantó y después me llamó para hacerla y fue una hermosa sorpresa. Había trabajado con él hace unos diez años en Las lágrimas. Su escritura es original, muy particular y siempre me deslumbró.

–Es una obra sobre el amor y sobre el amor a la literatura, principalmente a las cartas. ¿Qué vinculo tenés con lo epistolar? Porque, por tu edad, quizá nunca llegaste a mandar una carta.
-Llegué a tener intercambios epistolares. Me mandaba cartas con familiares y esas cosas. Después, la relación fue más por mail, que para mi tenía la importancia de una carta. Era tomármelo de esa forma.
–¿A qué te referís con esa “forma”?
-Tratar de usar las palabras adecuadas y ser lo más poética posible. Tratás de ser todo junto -se ríe. Suelto, pero escribir bien. Con Juan (Ingaramo, su pareja) nos escribimos cartas. Pero me siento cada vez más trabada para escribir. Hay algo en la escritura que está casi en desuso.
–En la obra, hay una dilación hasta el momento del encuentro, un alimentar el deseo a partir del carteo. ¿En qué te parece que resuena en la era del chateo eterno y con las formas de vincularse hoy?
-Creo que nos pasamos al otro extremo.

–¿En qué sentido?
-Lo epistolar demandaba una voz propia y original en la forma de escribir. Algo que en el chat no pasa. Había algo en el esfuerzo de ser lo más fino posible en la escritura. Hoy no pasa más allá de un emoticón. Y mucho menos en las estrategias de conquista.
–Hace unos años, vi una versión de esta obra en una Fiesta Nacional de Teatro. Al ver esta nueva versión, me sorprendió la cantidad de modificaciones. ¿Cómo fueron los ensayos?
-Hubo muchos textos que Mariano fue agregando y cambiando en base a los ensayos, cosas que surgían de lo que hacíamos actuando. Está bueno tener al dramaturgo en vivo para que de volantazos y se pueda probar. Fueron tres meses de ensayos donde pasó de todo.

–¿Por ejemplo?
-Aparecía la búsqueda de lo anacrónico. Son dos personas que no sabés de qué época son ni en qué año ubicarlas. Son mujeres particulares, medio frikis, con las que uno puede empatizar perfectamente.
–En definitiva, todos somos un poco frikis…
-Tal cual. Son dos personas que no te quedan lejanas. Si me iba mucho para una época, Mariano me decía: “Ni de ahora ni del siglo pasado. Ni de los 60 ni de los 80”. Hay algo que llega, pero que no es de la época.
Quiero decir te amo, con Lucía Adúriz y Violeta Urtizberea y música en vivo de Ian Shifres, se puede ver los sábados, a las 19, y domingo, a las 21, en el Teatro Picadero (Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857). Entradas en venta en Plateanet.
