Entrevistas

Raquel Ameri: «Cada personaje me aporta una transformación muy profunda en lo personal»

En «Alma Mahler», la obra escrita por Víctor Hugo Morales especialmente para ella, la actriz interpreta a la compositora y esposa del músico Gustav Mahler. Se presenta en el Centro Cultural de la Cooperación.

Texto: Sandra Commisso. Fotos: gentileza prensa.

Si algo caracteriza a Raquel Ameri es el hecho de darlo todo en el escenario, de prestarle cada célula de su cuerpo a los personajes que interpreta y con los que logra conmover. Así sucedió con el chico trans de Millones de segundos y con la madre arrasada por el dolor en Rota, sus trabajos más recientes. El periodista Víctor Hugo Morales fue uno de los espectadores que quedó impactado por el talento de la actriz y por eso decidió convocarla para que fuera la protagonista de su segunda obra como autor: Alma Mahler. Sinfonía de vida, arte y seducción.

Recién estrenada en el Centro Cultural de la Cooperación, Alma Mahler está dirigida por Pablo Gorlero y se centra en la figura de la compositora Alma Schindler, quien fue esposa del músico Gustav Mahler, con quien se casó apenas pasados los 20 años y quien la obligó a dejar de lado su propia carrera para dedicarse por completo a él y a sus composiciones. Tanto que pasó a la historia con el apellido de su marido y su talento como pianista y compositora, relegado a un segundísimo plano.

-¿Qué conocías previamente de la historia de Alma?
-No sabía casi nada y por eso me resultó muy desafiante el proyecto. Víctor Hugo me regaló su biografía, que sigo leyendo porque me ayuda a continuar ampliando el panorama para dale forma al personaje. Pero además, atravesando la vida de Alma, me encontré con muchas cosas que yo también estaba atravesando en ese momento y con las que me identifiqué. Qué mal que estamos que la historia de una mujer del 1900, con las dificultades que tuvo que enfrentar, aún nos siga resonando, ¿no?.

-¿Con qué sentís que todavía falta avanzar?
-Hoy resurgen ideas conservadoras, desaparecen derechos que llevaron mucho tiempo conquistar y parece que hay que empezar todo de nuevo. Aún quedan muchas ideas petrificadas sobre ideales de belleza y femineidad y cierto romanticismo sobre las relaciones. Sin embargo creo que estamos en una momento bisagra que al menos nos permite reflexionar y cuestionar esas ideas. El personaje de Alma me movilizó mucho con respecto a las mujeres de mi familia, a mis abuelas especialmente. Una de ellas, que tiene 93 años, vivió situaciones de violencia con su pareja pero aún así, todavía tiene nostalgia y percibe su historia como un gran amor.

-Alma Mahler tenía algo de esa dualidad también pero logró rebelarse un poco, teniendo en cuenta las circunstancias y la época, finales del siglo XIX, principios del siglo XX, una adelantada de alguna manera.
-Ella fue capaz de entender su situación que es un poco lo que describe la obra, y a la vez reconocer su gran amor por Mahler, aunque no fue el único hombre al que amó. también vivió romances con otros genios de la época como el arquitecto Walter Gropius y el pintor Oskar Kokoshka, Y creo que eso fue también un modo de supervivencia ya que su creatividad estaba opacada por la genialidad y el ego de su marido y de los otros amantes que tuvo. Eso es lo que ella pudo hacer entonces.

-Venías de interpretar a dos personajes casi en las antípodas, incluso hasta en lo estético, de este que despliega mucha elegancia y femineidad. ¿Cómo abordaste ese cambio tan drástico?
-Ese fue otro desafío fuerte porque además a mí me cuesta mucho despegarme de lo anterior. En Millones de segundos estaba casi rapada y en Rota, estaba sin maquillaje y completamente despojada. Así que acá tuve que conectar con mi parte más femenina y sensual, desde todo punto de vista y eso era algo que hacía mucho que no pasaba.

-Eso habla de tu ductilidad, de tu capacidad camaleónica para trabajar. En esta obra, además cantás y con un piano en vivo que ejecuta Juan Ignacio López.
-Sí, otra prueba porque no soy actriz de comedia musical. Por eso cuando empezamos a ensayar le dije a Pablo, el director: «yo te traigo mis vísceras, vos haceme una lady«. Pero estuvo bueno hacer un clic y me sirvió mucho encontrar puntos de contacto del personaje con mi presente, por el compromiso como madre y como mujer. Yo tengo una idea un poco mística de que nada sucede porque sí. Y que los materiales te llegan en determinado momento, por algo, tanto profesional como personal.

-En este caso, ¿por qué fue?
-Eso es algo que voy descubriendo a medida que lo voy trabajando porque cada personaje me aporta una transformación muy profunda en lo personal y en esa búsqueda también está la materia prima con la voy construyendo y sumando al artificio. Necesito que algo me traccione emocional y espiritualmente, como pasa con los vínculos en los que podés comprometerte hasta ahí o, exponerte y volverte más vulnerable. Pero en ese caso, lo que recibís es mucho mejor.

-¿Creés que con esta obra en la calle Corrientes podés llegar a un público que todavía no te conoce?
-Posiblemente y está bueno que se acerquen, tanto los que tengan curiosidad porque me vieron en otras obras, los que son del palo de la música, como los habitués del circuito de calle Corrientes, que sea de todo un poco me entusiasma.

Alma Mahler. Sinfonía de vida, arte y seducción tiene funciones los jueves a las 20 en el Centro Cultural de la Cooperación, Av. Corrientes 1543.

Deja un comentario