La actriz reestrena el unipersonal que co-dirige junto a Rafael Spregelburd, que hoy adquiere una vigencia inusitada. Las funciones son El Picadero.
Texto: Redacción Todo Teatro. Fotos: Carlos Furman y gentileza prensa.
Frente a una nueva temporada de su exitoso unipersonal Pundonor, Andrea Garrote (quien escribió la obra y la co-dirigió junto a Rafael Spregelburd), se prepara para la nueva ronda. «Estamos con mucho entusiasmo, esperando que el público nos acompañe una vez más. Creo que esta nueva temporada va a estar bien interesante porque el Picadero es un espacio apropiado para la obra y es muy potente la movida que tiene de público y programación, tiene una identidad sólida e interesante. Además, esta nueva modalidad en donde espectáculos que funcionan van moviéndose de espacio, para la obra es puro crecimiento, es acumulación, no solo de cantidad de funciones sino también de las experiencias propias que les aporta cada sala con su identidad y su público. El Picadero tiene también una capacidad y una forma o estructura de sala de anfiteatro, lo que resulta más cálido. Se parece un poco a un aula magna, lo que le viene como anillo al dedo a la obra».

La profesora Claudia Pérez Espinosa, personaje que interpreta Garrote, ha enseñado la filosofía de Michel Foucault en la universidad, durante toda su vida profesional. En este monólogo, que constituye su mejor clase, debe enfrentarse al pensador
francés para sobrevivir un día más. Sin embargo, la clase se ve interrumpida constantemente debido a su frágil situación anímica y emocional. En su desesperación, Claudia, se vuelve imprevisible, vulnerable.
Pundonor que según la definición académica refiere a un «sentimiento de orgullo o amor propio que anima a mantener una actitud y apariencia dignas y respetables, nunca inferiores a las de los demás», un equivalente a autoestima o dignidad, ya se hizo su recorrido internacional, con varias funciones en Madrid. En la capital española, la profesora que encarna Garrote genera la misma empatía que en la Argentina ya que, además de resultar desoplitante, tiene una cuota de emotividad que no es para nada menor. El humor, una vez más, es el mecanismo más eficaz para reflexionar sobre temas muy actuales como las redes sociales, el rol de la mujer, el poder y la línea de la “normalidad”, entre otros.
.¿Cómo describirías este unipersonal para quienes no lo hayan visto?
-La obra tiene la estructura de una clase, una clase exótica y especial donde más allá del contenido de lo que se cuenta; lo teatral es lo que se pone en juego en ese presente escénico. Tanto los conceptos teóricos que ella trata de explicar, como lo que devela de su historia personal, están contenidos dentro de una interacción con el público en tanto alumnado. Lo que conmueve en Pundonor es lo que a ella le está pasando en ese momento cuando regresa a dar la clase, por otro lado, el contenido nos interpela a todos siempre y con humor. La gente se ríe y se emociona y mí me pasa lo mismo como actriz: me divierto y me emociono también. Es muy placentero para mí hacer esta obra, es la principal razón por la que la sigo haciendo y por supuesto porque el público la acompaña.

-Desde su estreno en 2018, ¿hubo cosas que se fueron modificando?
-Desde que la estrené en el 2018 pasaron muchos acontecimientos, uno clave fue la pandemia. Hice tres temporadas prepandemia, luego durante la pandemia las funciones fueron con protocolo y barbijo. Y después continuamos en un contexto súper crítico económico y durante las elecciones. Las temporadas en España y Latinoamérica y ahora, en un contexto aún más crítico. En este momento están puestas en duda conquistas básicas que nos definen y nos han definido como país cómo es por ejemplo la Universidad pública gratuita que distinguió y distingue a la Argentina por su excelencia y en su vocación como nación de tratar de generar de manera concreta a través del acceso a la educación algún tipo de movilidad social.

-En ese sentido, está más actual que nunca.
-De alguna manera sí. Ir a ver Pundonor también es un poco participar de una clase, es vivir la ilusión de estar en el ámbito de un aula universitaria. Pundonor es un homenaje a los docentes que reflexionan, que abren su corazón junto con su pensamiento, que no creen que la tienen clara, sino que exponen sus dudas. Porque mientras más sabe de algo, más sabe que no sabe. Las personas que mejor relación tienen con la transmisión del conocimiento son personas que, al contrario de lo que se intenta instalar ahora con la idea del supuesto adoctrinamiento, son justamente las que pueden poner en duda presupuestos propios muy esenciales. En cambio las personas más peligrosas son las que no saben que no saben y desprecian la argumentación, la investigación y la duda. Así que esta temporada va a ser un homenaje a la Universidad pública argentina.
Pundonor tiene funciones los domingos a las 18 en El Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857. Entradas por Plateanet.
