La actriz y cantante cuenta cómo es interpretar a figuras icónicas como Marlene Dietrich y María Callas en las obras «Piaf» y «María, es Callas».
Por Diego Jemio. Fotos: gentileza prensa.
Dos divas enormes de la música y la actuación. Dos personalidades potentes. Dos mujeres que tuvieron amores desgarradores. La actriz, cantante y bailarina Natalia Cociuffo se da el lujo de interpretar a Marlene Dietrich y a María Callas en las obras Piaf y María, es Callas, respectivamente.
En la primera, tiene algunos diálogos y canciones entrañables con la Edith Piaf inolvidable de Elena Roger. Y en la segunda se lleva todo el protagónico en un homenaje a la cantante lírica que revolucionó el género, a cien años de su nacimiento. Cociuffo cuenta cómo es el desafío de darle vida a los personajes y cómo mantener viva a una obra como Piaf, en la que está desde 2009.
–¿Cuántas funciones llevás con “Piaf”?
-Unas 400 más o menos si contamos la primera versión en el Liceo en 2009. Después la reestrenamos en Madrid y ahora de nuevo en el Liceo. Pasan los años y no sos la misma artista ni la misma persona. Piaf fue un momento bisagra en mi carrera y tenía muchas ganas de volver a encontrarme con Elena (Roger), con el director, con mis compañeros y con el fenómeno Piaf.

–Decís que no sos la misma persona ni artista que en aquellos años. ¿Cómo fue cambiando tu rol en la obra, aunque siempre es el mismo?
-Cambia el vínculo con Piaf, la manera de interpretar a Marlene Dietrich y de encontrarme todas las noches para estar presente y reivindicar las escenas para que no se vuelvan mecánicas. Son 400 funciones que el cuerpo hace todos los días. En la vez 401 tenés que hacer que la gente se emocione igual. Es un reinventarse todo el tiempo.
–Dicho así parece un desafío: no volverse mecánico…
-Sí, son herramientas del actor, de alguien que entrenó. Es estar presente y conectado con el texto y con el actor que tenés en escena. Quizá pueden haber funciones en el que lo mecanizás y es lógico, pero es importante que la gente no lo note.
–Tanto en “Piaf” como en “María, es Callas”, justamente, hay un poner el cuerpo -y la voz- muy marcado. ¿Cómo te cuidás?
-El concepto sería: “Ojo con los excesos” -se ríe. Llevar una vida normal y sana. Hago pilates, antes hacía boxeo para quemar calorías. En el personaje de Marlene me tengo que poner un vestido, tener cierta estética corporal, además de la vocalización y el entrenamiento vocal.

–¿Qué puntos en común encontrás entre Dietrich y Callas? Pienso en dos divas que amaron locamente, por ejemplo.
-Fueron divas sufridas, que se bajaban de la limusina, se sacaban el tapado, prendían un pucho y se ponían a llorar. Quizá eso es común a todas las divas del espectáculo. Todas mujeres golpeadas, drogadictas o alcohólicas. Las divas de todos los tiempos pasaron por el infierno. Otra cosa en común: la elegancia en el cuerpo y, principalmente, en las manos.
–¿A qué otra diva te gustaría interpretar?
-¡A la Loren! Sí, Sophia Loren u otra de las divas italianas. Una tanada así sería hermoso.
–¿Cómo sigue tu año? ¿Hasta cuándo hacen funciones con “Piaf”?
-Con la obra de Callas vamos a hacer dos fechas en el Auditorium de Mar del Plata el 20 y 27 de febrero. Y el 10 de marzo en el Teatro del Pueblo. Con Piaf hasta el 3 de marzo en el Liceo. Es un final, pero nunca se sabe. Yo estoy encantada de volver a hacerla siempre. Cuando hago cualquier casting, decir que estuve en Piaf es algo que me prestigia.
Piaf hace funciones de miércoles a domingos en el Teatro Liceo. Excepcionalmente, habrá funciones este lunes 12 por Carnaval. Entradas en venta en la boletería del teatro o a través de Plateanet.
