Entrevistas

Tom CL: «El teatro es como el agua, adopta la forma del recipiente en el que está»

Con sólo 24 años, Tom CL es uno de los actores más prometedores de la escena porteña. Además de protagonizar “Baltasar contra el olvido” (motivo de esta nota), también actuá en la comedia romántica “Cliché” de Greg Kalleres y en “Azul y la Navidad” escrita y dirigida por Lorena Romanín. Pero Tom también hace pop punk y acaba de lanzar el video de 6:03 en sus redes.

Por Redacción Todo Teatro. Fotos: Alejandra López y Cristian Holzmann.

Baltasar contra el olvido narra un femicidio ocurrido en Entre Ríos en 1993. Tom encarna el hijo de esa mujer cuyo homicidio pueblerino aún hoy reclama justicia. La obra de Mauricio Koch y Marcelo Moncarz, y dirigida por Moncarz, se presenta todos los sábados de noviembre a las 18 hs en Área 623. 

Entre la ternura del relato y una lucha profundamente solitaria, Tom construye a un Baltasar convincente y querible que hilvana momentos y relatos para mantener vivo el recuerdo de una madre que le fue arrebatada por asesinos, pero también por el silencio cómplice de un pueblo que miró (y mira) para otro lado. Quizás el silencio en la sala de cuenta del compromiso con el que los espectadores transitan este unipersonal atrapante y sensible.

¿Cómo te llegó la propuesta de hacer «Baltasar contra el olvido»?
-En febrero, yo estaba haciendo funciones en Microteatro y un día una actriz (Cecile Caillon) que estaba trabajando con Marcelo Moncarz en una obra, me avisa que Marcelo me iba a escribir, porque estaba buscando un chico de mis características para una obra de teatro, y ella me había recomendado. Así que meses más tarde, Marcelo me llamó, me pasó el texto, me emocioné muchísimo cuando lo leí y le mandé un audio a Marce, entre lágrimas, diciéndole que estaría orgulloso de interpretar a Baltasar.

¿Y cuáles fueron las primeras aproximaciones al texto que te proponía Moncarz?
-Las primeras aproximaciones fueron muy hermosas, porque con Marce conectamos automáticamente y fuimos directo al hueso, ensayando con texto en mano, probando mucho desde lo físico, la mirada y lo vocal, para construir a Baltasar. Fue un proceso muy en conjunto y eso se lo agradezco muchísimo, porque me dio un espacio para crear, en el que me pude mover libremente. También conocí a Mauricio Koch, el autor de la novela, los primeros días de lecturas, y me incentivó mucho verlo emocionado y contento con lo que veía que yo estaba haciendo con el personaje.

Lo que se podría decir un buen clima de trabajo en equipo…
-¡Sí! Destaco la confianza que tuvo todo el equipo en mí, para que contacte a 3 músicxs que me acompañen en escena y que yo pueda dirigirlos. Eso fue fundamental, porque no hubo momento dentro del proceso creativo en el cual yo no haya sido parte, y hoy Facundo Borda, Melanie Cejas y Federico Trotta son las mejor compañía que pueda tener en el escenario. Tienen su propio código y crean por su cuenta, pero todxs formamos un equipo de sostén.

La escenografía de la obra refiere a una habitación juvenil. Hay una cama en el centro del escenario que rodea las historias, los recuerdos y las injusticias latentes. Y alrededor de ella, corporizando una compañía en escena lxs tres músicxs (Borda, Cejas y Trotta) producen música para cada momento y marcan el latido de la historia de una manera magistral.

¿Qué sensaciones fuiste atravesando durante los ensayos?
-Durante los ensayos tuve muchos días en los que terminaba roto, porque el texto y la trama son muy fuertes, y saber que todo es real, y que hacer esta obra es, de alguna manera, nuestro aporte al pedido de justicia por éste y por tantos otros femicidios, no es algo que se pueda tomar muy livianamente. A la vez, no es fácil ponerse en el lugar de nadie, entonces hay un punto medio entre la empatía, el entendimiento que yo pueda tener frente a Baltasar, y el grado de magia y ficción que pueda aportar de mi lado, para poder transmitir de la manera más genuina y artística lo que estamos contando. En general, fue un trabajo intenso y muy movilizante.

¿Cómo llegaste al estreno y cuáles fueron las primeras devoluciones del público?
-Al estreno llegué muy tranquilo y con ganas de que todo ya esté ahí, para poder jugar con el público. Es la segunda vez que hago un unipersonal, y es muy loco ver como eso predispone al público de otra manera. Saben que soy el único que puede llevar la historia y el texto, entonces prestan una atención extra, se siente el respeto y la tensión en la sala, cada vez que hacemos función. Además, hablo a público el 90% de la obra, y eso intimida o ablanda a las personas, es muy divertido ver de cerca lo que la obra genera en la gente. Hasta ahora recibí muchísimo amor y reconocimiento por parte de la gente. Lo agradezco muchísimo.

¿Qué mirada tenés sobre el teatro porteño?
-Creo que el teatro porteño siempre fue sumamente atractivo por su variedad de historias, de espacios y de intérpretes. Me fascina pasar de ver algo enorme, comercialmente hablando, sobre calle Corrientes, a ver algo que pueda conmoverme de otra manera en un teatro más chico, sin tanta promoción, con público sobre el proscenio o el piso de la sala. Tenemos un circuito de teatro muy rico y grande que no mucha gente llega a ver y a entender. Me parece que es importante que las personas que formamos parte de ese circuito y que nos apasiona, podamos abrir el círculo cada vez más, acercando a aquellas personas que no están familiarizadas con el teatro porteño, para que se deje de sectorizar o de ignorar tantos espacios artísticos que tenemos. El teatro es como el agua, adopta la forma del recipiente en el que está, a donde vayas vas a encontrar alguien expresándose, ya sea en un teatro grande con palcos, como en una habitación de una casa. Ahí está la magia del teatro que tenemos.

¿Qué personas te inspiran para esta profesión y tenés como guía?
-Siempre me sentí muy inspirado por las personas con las que compartí alguna obra, serie o película, por las personas con las que trabajé a la par y pude conocer de cerca. Amo haber trabajado con tantas personas con poca o mucha experiencia, porque todas me dieron una forma distinta de ver la actuación, y en ese sentido yo soy una esponja, tengo mi forma y mis herramientas, pero reconozco que si hay algo nuevo, algo lindo, algo que vale la pena probar, lo tomo y lo adapto a mi estilo, como todo en la vida. Siento que siempre estamos cambiando y reformándonos según experiencias o personas que nos rodean. 

¿Recordás algún momento importante con colegas que te haya marcado?
-Hace 9 años trabajé en la película «Caídos del Mapa», y me sorprendía ver a mis colegas con más trayectoria, como Karina K, Osqui Guzmán o Alejandro Paker, que se pasaban las noches de acá para allá haciendo funciones, interpretando 3 personajes distintos en un mismo día, y después llegaban al set a hacer otro y lo daban todo. En ese momento quise eso, una especie de personalidad múltiple actoral, y ahora estoy haciendo «Baltasar» los sábados, «Cliché» los domingos, «Azul y la navidad» los lunes, viajando para hacer reemplazo de otra obra en otras provincias, y me acuerdo siempre de ese momento en el que proyecté todo esto. Estoy muy feliz y agradecido.

«Baltasar contra el olvido» se presenta los sábados de noviembre a las 18 horas en Área 623, Pasco 623. Entradas en venta por Eventbrite.

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