Entrevistas

Paula Ransenberg: «La vida es como un tetris infernal»

La actriz es una de las protagonistas de «Laponia», en el Picadero y nos habla de su personaje, de cómo compatibilizar su rol de madre con el de actriz, de sus inicios y sus proyectos.

Texto Muriel Mahdjoubian. Fotos: Prensa y Gustavo Mirabile.

“Mi hijo de ocho años no pudo ver la obra poque todavía cree en Papá Noel y el ratón Pérez”, cuenta la actriz Paula Ransenberg , quien protagoniza Laponia junto a Laura Oliva, Héctor Diaz y Jorge Suárez, dirigidos por Nelson Valente, en el Picadero. “El elige seguir creyendo en esa magia, como el personaje de la niña en la obra”. En la obra, dos parejas enfrentan sus puntos de vista sobre qué conviene o no sostener como fantasía, a partir de una celebración navideña.

Laponia, escrita por los catalanes Cristina Clemente y Marc Angelet está adaptada, en la versión local, por Ignacio Gómez Bustamante, y será una de las propuestas teatrales que continuará en 2023 en la temporada en Mar del Plata.

Ransenberg también tiene una participación en la recién estrenada película Argentina, 1985 protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani sobre el juicio a las Juntas, en donde la actriz interpreta a la secretaria de Julio Strassera (interpretado por Darín). Y además, debutará como directora en con Mucho corazón, un musical de su autoria con Ligia Piro y la orquesta A Saidera, que se presentará en el Picadero.

¿Cuál es tu recuerdo de la infancia sobre Papá Noel?
-No es precisamente de Papá Noel, sino de los Reyes Magos. Me acuerdo que encontré el pasto que yo les había dejado tirado a un costado y tengo muy presente la imagen de mi papá saliendo en pijama a tirarlo y poner los regalos al lado de los zapatos. Creo que en ese momento me cayó la ficha. Pero como dice la obra,hay algo de esa ilusión que uno quiere seguir creyendo.

¿Cómo es la experiencia de hacer Laponia?
-Hermosa, es una obra que tiene muchas particularidades y no es tan fácil de encontrar un texto así. Es una comedia que está muy bien escrita, los conflictos aparecen de manera natural, los personajes están súper delineados y son muy interesantes. Cuando yo leí el material por primera vez me emocionó mucho. Me parece que tiene algo que nos toca a todos y hace que en algún momento nos sintamos identificados por alguno de los conflictos que atraviesan los personajes. Por los hijos, por las hermanas, por las parejas, por algún lado uno se siente reflejado. La obra es de dos autores catalanes, y en su versión original los protagonistas eran españoles. Pero creo que la transposición a que sean argentinos es perfecta porque está potenciado el conflicto de idiosincrasias o de formas de ver el mundo. Es una obra muy profunda y llega muy bien al público. Tiene algo de magia, de encuentro y de expectativa que en este momento post pandémico me parece que es muy esperanzador y lindo de recibir.

¿Cómo es Nelson Valente como director?
-Es mi primera experiencia con Nelson y es muy placentero trabajar con él. Nos da mucha libertad y confía mucho en la propuesta de los actores y a medida que él ve, va orquestando todo. Además estoy acompañada de tres monstruos teatrales increíbles.

¿Cómo combinas la maternidad con el teatro?
-La vida es como un tetris infernal. Mi pareja, también es actor y productor de teatro, por lo tanto, nuestros horarios cambian bastante. Nunca hay una rutina. Por suerte, están mis padres que nos ayudan un montón. Yo siempre tuve el temor de que, cuando fuera madre no iba a poder seguir actuando y, la verdad, es que trabajé mucho más. A los dos meses de que naciera mi hijo empecé ensayar Dínamo en Timbre 4. Mis compañeros de elenco ya sabían que teníamos tres horas para ensayar porque después me iba a darle la teta.

¿La maternidad modificó a tu actriz?
-Si, un montón. Yo creo que para actuar bien hay que poder ser empático y salirse de uno mismo. Si hay algo que te hace la maternidad es sacarte del centro del mundo y te lleva a priorizar todo el tiempo, a realizar las cosas que uno realmente quiere hacer. En otro momento de mi vida, cuando era más chica hacía de todo, ahora no puedo, sólo puedo hacer lo que más me gusta. Una elige más porque tiene menos tiempo, eso te agudiza y está muy bueno.

¿Podés vivir del teatro?
-Durante los últimos 20 años di clases de teatro en Timbre 4. Este es el primer año que sólo me dedico a actuar. Con la profesión alcanzo a sacar la cabeza fuera del agua, a veces más y otras menos.

¿Quiénes fueron tus maestros?
-Yo empecé hacer actuación en la escuela de Alejandra Boero a los 12 años. Todos mis profesores de ahí, Silvina Katz, Luciano Suardi y Rita Armani, fueron mis maestros. Luego estudié en el CELCIT con Verónica Oddó y Juan Carlos Gené.

¿Cómo componés tus personajes?
-Por mi formación actoral, siempre lo primero que busco es ver en qué me identifico con el personaje. Trato de entender cuál es su problema, pero además de eso me gusta diferenciarlo de mí. ¿Qué tiene de distinto? ¿Cómo se mueve? ¿Cuál es su energía? Me gusta trabajar con una cualidad física o pensar en algún animal que me recuerde al personaje. Por ejemplo, en Laponia el personaje que interpreto de Ana , trato que sea bien diferente a mí.

¿Ya vas con letra sabida a los ensayos?
-A mí me gusta ir al primer ensayo con toda letra aprendida, soy muy respetuosa del texto. Si vos me ves en un estreno y luego un año después, no hay mucho cambio en cuanto a lo que digo.

¿Como se te ocurrió a los 12 años hacer teatro?
-Desde muy pequeña estudiaba danza y expresión corporal. Di el examen de ingreso, a los 12 años, en el teatro Colón, que era un súper riguroso y no pude entrar porque tenía un sobrehueso en la rodilla. Llegó un momento en que la danza clásica me empezó a resultar agobiante, demasiado técnica y aburrida y mi mamá me sugirió que probara hacer teatro. Y cuando fui a la primera clase de la escuela de Alejandra Boero fue como descubrir el mundo. Dije esto es lo que me encanta. Y a partir de los 12 años nunca paré, me enamoré del teatro. Toda mi adolescencia fue en Andamio 90 , que fue un semillero muy fuerte de actores y actrices.

¿Cómo ves la posición de la mujer en el teatro a lo largo de los años?
-Creo que vamos andando muchísimo. Me acuerdo cuando hice mi primer monólogo Solo lo frágil y fue porque yo sentía que quería hacer algo y no podía esperar a que alguien me llamara para trabajar. Estaba cansada de aguardar. En ese momento, estaba en Estados Unidos porque me había salido una beca para estudiar en la escuela de Stella Adler. Era un curso muy intenso de teatro físico.

Contanos de la experiencia de estudiar teatro en Nueva York.
-Fue una gran experiencia. Fueron cinco meses muy intensos. Iba todos los días seis horas, después me quedé más tiempo porque uno de los profesores me convocó para una obra. Se llamaba Winter Source que la hicimos como parte de la escuela Adler. Fue una maravilla. Ahí todos son muy prácticos, me acuerdo que nos daban una herramienta y para el día siguiente tenías que llevar algo hecho con eso . Por lo tanto, de manera inmediata te llevaba a producir algo. Empecé a crear personajes, y así armé mi primer unipersonal,. Creo que algo de esto está sucediendo con las mujeres actrices porque hay una cantidad de unipersonales femeninos inmensa. Más allá de las dramaturgas que están surgiendo.

¿Cómo fue tu camino por el cine?
-El año pasado hice una película que se llama Jesús López que es muy linda. También trabajé en la serie, Sandro de América que dirigió Adrián Caetano en dónde interpreté a la mamá de Sandro. Y se acaba de estrenar con muchísimo éxito la película Argentina, 1985 protagonizada por Ricardo Darín y fue una gran experiencia trabajar con él, Interpreto a la secretaria de Strassera y fue un privilegio porque además es un super compañero, todo el tiempo te está dando consejos.

¿Qué proyectos tenés para el año que viene?
-Con Laponia seguimos hasta fin de noviembre en Buenos Aires y en enero y febrero nos vamos a hacer temporada a Mar del Plata. Además, voy a grabar una serie, La voz ausente , que es una adaptación de la novela de Gabriel Rolón. Y voy a estrenar un espectáculo en el Picadero en noviembre que dirijo y se llama, Mucho corazón con Ligia Piro y la orquesta A Saidera, un musical de boleros que yo escribí.

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