La actriz y el actor protagonizan Pretty Woman y Rocky, respectivamente, en la calle Corrientes. Además, se caracterizan por involucrarse en la producción de sus obras y liderar sus elencos con pasión y compañerismo.
Texto: Sandra Commisso. Fotos: gentileza prensa.
Tienen miles de fans y también, unos cuantos detractores, Se formaron al calor de la televisión cuando empezaban sus carreras y eso les dio una enorme popularidad. Sin embargo, no se durmieron en los laureles y, en los últimos años, se refugiaron en el teatro. En esa trinchera artística, no solo protagonizaron éxitos si no que, fueron mucho más allá: se involucraron como productores de sus proyectos y son generadores de trabajo para colegas y laburantes de otros rubros en el medio teatral.
Parecidos y diferentes, Florencia Peña y Nicolás Vázquez, son dos nombres que brillan en la calle Corrientes desde hace varias temporadas. Ella protagoniza Pretty Woman en el Astral y él, a Rocky, en el Lola Membrives. Y más allá de gustos y opiniones, lo que es indudable es la capacidad de trabajo que tienen ambos artistas.
Peña venía de hacer Mamma Mía y Vázquez, de ponerse en el papel de Tootsie. A los dos les fue muy bien. Pero fueron por más. Y, como ya es costumbre, además de prepararse para sus personajes de manera casi obsesiva, también se involucraron como productores para no perder detalle de cada proyecto.
En Pretty Woman, a Flor la acompañan 30 artistas en escena, incluidos los músicos en vivo, y otras 30 personas, se ocupan de todo lo que sucede detrás. Por su parte Nico, con Rocky, encabeza una superproducción en la que participan, en distintos rubros, arriba y abajo del escenario, unas 130 personas. Una verdadera usina laboral.
En tiempos de crisis, ellos son generadores de trabajo. En tiempos de desasosiego, ambos son artistas que se ponen la camiseta de sus proyectos y, salen con todo a la cancha a defenderlos. Con mucho oficio, con talento, con pasión a más no poder. Tanto en el caso de Flor como en el de Nico, son sus propios compañeros de elenco quienes destacan la generosidad a la hora de trabajar. Aseguran que son los primeros en llegar al teatro, que están pendientes de todo y de todos, que nunca tienen actitudes de estrellas, aunque lo sean. De hecho, a la salida de cada función, siempre hay público esperándolos para una foto, un saludo, un apretón de manos. Y ellos responden con cariño y agradecimiento.
Por otra parte, es destacable que tanto Flor como Nico, saben rodearse de gente talentosa. Y es así como en cada producción, siempre están acompañados de elencos donde todos se lucen. Mucha gente descubre así y disfruta de actores, actrices, bailarinas, bailarines y cantantes que, si bien tienen mucha carrera detrás, encuentran la posibilidad de ser visibles para el gran público gracias a la alta exposición de las cabezas de elenco. Lo mismo sucede con talentos en ascenso con quienes comparten generosamente escenario porque saben que, si se luce cada uno en su momento, gana la obra, se potencia el proyecto.
Algunas personas suelen olvidar sus orígenes. No es el caso de Vázquez y Peña que recuerdan (o muchas veces sus críticos se los echan en cara y no del mejor modo) y muy bien, de dónde vienen. Por eso, los caracteriza la disciplina, la tenacidad, la entrega y el amor por lo que hacen. Acostumbrados, además, a que su vida privada sea materia de análisis público, se conmueven cuando, al final de cada función, les llega el aplauso e incluso la ovación que, muchas veces, se percibe que va más allá de su desempeño en escena. No muchos artistas, por talentosos que sean, logran eso.
Como artistas, como grandes entretenedores, como enormes generadores de proyectos que dan trabajo a mucha gente, Flor y Nico, eligen como el caso de Pretty Woman y de Rocky, a personajes que la pelean con cuerpo y alma y, cada vez que se caen, como ellos mismos, se vuelven a levantar. Más fuertes que antes.
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