Detrás de escena

Analía Tarrío Lemos: «En el teatro independiente nos permitimos experimentar y arriesgar»

La directora de Hamlet de Patagones, una versión muy particular del clásico de Shakespeare, reflexiona sobre la identidad y la diversidad cultural en esta obra que se presenta en la sala Ítaca.

Texto: Sandra Commisso. Fotos: gentileza prensa

En Hamlet de Patagones la dramaturga y directora Analía Tarrío Lemos toma al Hamlet shakespeariano y lo traslada a otra dimensión temporo -espacial, asignándole la condición de extranjero y exponiéndolo al desafío de someterse a nuevas reglas. El resto de los personajes se presentan como energías vivientes que pueblan la desolada escuela patagónica y funcionan como antagonistas. En esta peculiar versión del clásico, se cuestionan ciertas actitudes frente al diferente, al desconocido, así como también nuestra propia colonización cultural, costumbres heredadas y rituales aprendidos, hoy vaciados de contenido.

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-¿Cuál fue el punto de partida o inspiración para la adaptación de esta obra shakespereana?
-El punto de partida fue un entrenamiento que hicimos en el Teatro-Estudio El Cuervo, de Pompeyo Audivert. Habíamos leído Hamlet y estábamos improvisando usando objetos que había en el estudio como mapas, banderas argentinas o máquinas de escribir. Empezaron a surgir situaciones muy absurdas como que Hamlet tenía que conocer nuestros símbolos nacionales. Esa improvisación quedó en mi cabeza mucho tiempo y me disparó la idea de experimentar en una obra en la que pudiéramos imaginar qué pasaría si Hamlet llegara a una escuela donde tuviera que aprender toda nuestra cultura nacional.

-Los clásicos permiten superar barreras de tiempo y espacio, ¿cuáles serían los parecidos y diferencias entre el Hamlet original y el Hamlet de Patagones?
-Creo que Hamlet de Patagones mantiene la esencia de los personajes principales del Hamlet original. La ambición de Claudio, el carácter veleidoso de Gertrudis, cierta ingenuidad de Ofelia, la impulsividad de Laertes, la obsecuencia de Polonio. En Hamlet se mantiene el deseo de lograr un objetivo que en principio se reserva, se oculta y luego sale a la luz. Es la energía de los personajes lo que sostiene la historia que puede llevarse a cabo en diferentes coordenadas temporo-espaciales, sin perder lo más esencial.

-La cuestión de la identidad y el choque cultural es uno de los ejes de la obra, ¿Es así? ¿Cómo transformar ese choque en un cruce enriquecedor?
-La obra toma el espíritu de la escuela sarmientina en donde el objetivo principal era “normalizar” a todos los estudiantes, nacionales y extranjeros, pero sobre todo a los extranjeros que traían culturas diferentes y amenazaban a la, por aquellos tiempos, naciente “identidad nacional”. En este contexto, creo que la obra invita a la reflexión en relación a cómo tratamos al diferente, al distinto, sea extranjero u originario. Y también nos interpela en lo que respecta a nuestra propia colonización cultural, las costumbres que heredamos y vamos repitiendo creyendo muy “nuestras” cuando en realidad han sido impuestas. La obra no pretende dar respuestas, pero sí ponernos en alerta respecto a cómo aceptamos o rechazamos la diversidad.

-¿Cómo ves el panorama del teatro argentino en la actualidad y especialmente, en lo que se refiere al circuito independiente?
-Creo que el teatro que se hace en Argentina es excelente. En el teatro independiente, sobre todo, nos permitimos experimentar, arriesgar y hacer espectáculos que salgan de lo esperado y propongan desafíos. Me parece que eso sucede porque lo hacemos con pasión, con corazón y más allá de la respuesta económica. También es cierto que hay una oferta muy extensa, tenemos obras todos los días de la semana y muchas veces no hay público para tanto. En un contexto económico adverso, si la gente tiene que elegir qué ir a ver quizás se inclina más por una obra comercial donde puede ir a ver alguna “figura” que le garantice cierta conformidad. Tenemos que seguir luchando para que las ayudas al teatro independiente no desaparezcan y que también haya políticas públicas que inviten a la gente a ver obras más allá del circuito comercial.

Hamlet de Patagones tiene funciones los sábados a las 20.30 en Complejo Teatral Ítaca, Humahuaca 4027. Entradas por la web de la sala o por Alternativa Teatral.

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